Afirma Guillermo Castro H. en su libro El agua entre los mares, que las humanidades están en mayor capacidad que cualquier otro campo del conocimiento de contribuir a precisar el contenido de los problemas que plantea el desarrollo sostenible y para establecer el significado de esos problemas. El libro del doctor Castro es un documento científico sobre la importancia de la historia ambiental en la formulación de estrategias sobre desarrollo sostenible.
Cualquier persona podría preguntarse por qué un científico de las ciencias sociales nos habla de poesía en un libro que trata sobre las interacciones de sistemas naturales y sociales. De hecho, hasta el título del libro podría ser el de un poemario.
Es bastante simple: la poesía nos crea lazos comunicantes que permiten conocer la problemática que nos vincula con la naturaleza.
Si algunos dudan para qué sirve la poesía, se debe, precisamente, a que han perdido la capacidad comunicativa que existía con la naturaleza. La poesía nos conecta con el medio ambiente y nos persuade de los malestares que lo amenazan. Es una relación que va más allá del hecho estético y el poder de la metáfora: es una relación histórica y sociocultural.
Una de las misiones de la poesía es promover un ser humano capaz de ser “sosteniblemente humano” y que pueda dialogar con su ambiente, es decir, capaz de gestionar nuevas relaciones de convivencia con la naturaleza y con su semejante.
Tal vez por eso José Martí, al referirse a Emerson, dijo: “Él ve que la naturaleza influye en el hombre, y que este hace a la naturaleza alegre, o triste, o elocuente, o muda, o ausente, o presente, a su capricho”.
La naturaleza, que históricamente ha sido castigada por el hombre, sigue, sin rencor, brindándole lo mejor de sí misma y le advierte a través de la poesía (la cultura) la presencia de una crisis y la posibilidad de gestionar un conocimiento que nos permita generar intervenciones en la naturaleza que nos reconcilien con ella.
El autor es escritor y animador de lectura