Esta semana se llevó a cabo la 142ª reunión del Consejo Ejecutivo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en la que se adoptaron resoluciones para someterlas a la próxima Asamblea de la Salud, donde se convertirán en compromisos nacionales. Uno de los temas tratados fue el de “Salud, medio ambiente y cambio climático”, de especial relevancia para Panamá, por lo que comparto los principales elementos y sus implicaciones para nuestro país.
De acuerdo con la OMS, los factores de riesgo ambientales conocidos y evitables provocan al menos 13 millones de muertes al año y aproximadamente un cuarto de la carga mundial de morbilidad. Para confrontar esta situación los países deben enfrentar una combinación de problemas ambientales y sanitarios nuevos y pendientes de resolución desde hace tiempo. Estos problemas abarcan desde la falta de acceso universal a energías domésticas limpias, agua potable y saneamiento, hasta las consecuencias del desarrollo insostenible, como la contaminación del aire, el agua y el suelo, y la exposición a productos químicos peligrosos y las exposiciones combinadas más complejas y crónicas en los entornos laborales y residenciales, pasando por el envejecimiento de las infraestructuras, el estancamiento de los progresos relativos a la salud ambiental y el aumento de las desigualdades.
Agrega la OMS que la salud es pertinente para todos los Objetivos de la agenda para el Desarrollo Sostenible, no solo el Objetivo 3, por lo que insta a los países a alcanzar beneficios sanitarios importantes procurando que la salud ocupe una posición más dominante en los programas relativos: a poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible; a garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento para todos; a garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna para todos; a promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos; a lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles; a la producción y el consumo responsables; y a adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos.
Para enfrentar estos desafíos y asegurarnos de que el desarrollo mejore de manera activa y explícita las condiciones ambientales y sociales que dan origen y exponen a las poblaciones a la enfermedad, el Consejo de la Concertación Nacional para el Desarrollo formuló recientemente el Plan Estratégico Nacional con Visión de Estado “Panamá 2030”. Dicho plan propone políticas, estrategias e intervenciones para garantizar en dos ejes estratégicos la “buena vida para todos” y la “sostenibilidad ambiental”.
En el primer caso se propone fortalecer las políticas sobre agua, saneamiento, ambiente saludable y educación, y ampliar la cobertura integral de los servicios de salud, consolidando la unificación y homologación del sistema de salud para garantizar un acceso universal y de calidad para la salud, con especial atención en la salud preventiva y de atención primaria. Para la sostenibilidad ambiental, el plan propone un sistema de gestión ambiental integral de producción sostenible aplicado a todos los sectores económicos productivos del país.
Nos corresponde a los ciudadanos conocer en detalle este valioso documento a fin de acompañar su desarrollo y vigilar con fundamento que las estrategias y objetivos allí propuestos sean la guía para el quehacer de los actuales gobernantes en los meses que les quedan, y para los que elijamos en 2019.
El autor es ciudadano
