Siempre me he opuesto a las minas a cielo abierto, siendo la razón principal para mi objeción el uso de químicos que dañan quebradas y ríos, que finalmente desembocan en el mar. En un país pequeño como el nuestro, consideraba que el daño podía ser catastrófico.
Emitiendo hace meses estos negativos comentarios frente al ministro Augusto Arosemena, de Comercio, en presencia de su pariente político y buen amigo mío, Alvin Weeden, el ministro sin más ni más nos invitó a visitar la mina de Minera Panamá, para que nos diéramos cuenta de que hay minas… y hay minas.
Hace unos días, finalmente, se dio la visita y fuimos atendidos Alvin y yo por Todd Clewett, gerente de País de First Quantum Minerals, Ltd., y los ejecutivos panameños de Minera Panamá Manuel Aizpurúa y Jorge Carney.
Iniciamos sobrevolando el área, viendo de cerca el gran puerto que han construido y que servirá – a costos muy bajos – para embarcar el producto, que básicamente es como una arenilla que contiene porciones de cobre que luego es procesada por sus clientes en China, África y muchos otros países. Luego vimos la enorme planta generadora de electricidad requerida para la operación. El monstruoso edificio de la molienda (término mío) que va convirtiendo rocas de más o menos 4 pies de mayor a menor, hasta convertirlas en arenilla, que entonces es separada entre material que contiene cobre… y un by-product de oro de la parte inservible… y es aquí cuando logré resolver mi mayor preocupación. Todo este proceso es mecánico y se trabaja con agua. ¡No hay químicos! Visitamos entonces el área de extracción de las piedras, que sin duda ocasiona una gran herida ecológica, lo que crea preocupación a cualquiera que sienta la necesidad de proteger la naturaleza.
Ante la incertidumbre pregunté sobre el plan de regeneración del área, cuya vigencia por secciones (o pits) puede ser de 35 a 50 años. La regeneración se trabaja desde el momento en que se puso la primera piedra, y a la par se inició la protección y beneficios a las comunidades cercanas al proyecto.
No solo hay planes concretos de mitigación, sino de mejoras a las comunidades, donde visitamos y hablamos en escuelas y vimos dos comunidades pequeñas que voluntariamente se trasladaron a nuevos sectores con casas nuevas y escuelas, en un proceso que tomó cinco años, y que ha sido exitoso. Hay viveros de Minera en toda el área y procesos novedosos de conservación de semillas hasta por cinco años. El lema de la minera es “sin comunidad no hay mina”.
Luego visitamos las viviendas de los que allí trabajan y nos encontramos con gimnasios, canchas de básquet bajo techo, salón de billar, teatro, comedor gigantesco donde comen todos la misma comida (tanto ejecutivos como obreros) y una clínica completísima con médicos y enfermeras 24 horas. Todo lo necesario para poder relajarse, ya que viven donde trabajan.
Tienen un gran programa de becas hasta en universidades en el exterior. Nos encontramos con un chiricano, ya ingeniero, gracias a haber sido becado por la empresa en el exterior.
Como posdata: la intervención del gangsterismo de Suntracs fue terrible. Muchas mujeres panameñas abandonaron sus trabajo por terror... (lo gangsteril no solo fue en áreas de trabajo, sino en áreas cercanas de las viviendas).
Ahora lo económico, que he dejado para lo último. Tienen trabajando a 11 mil empleados (el Canal tiene 8 mil). La gente tiene ingresos que con horas extra andan por $2 mil mensuales en las posiciones más bajas de la escala salarial. Cuando la mina esté en operación (aproximadamente en 18 – 24 meses), exportarán miles de millones de balboas, lo que representará una importante contribución el PIB.
Es una de las minas de cobre más grandes del mundo y la de más bajos costos, por el hecho de que tienen el puerto allí mismo, así que no sienten que las bajas en el precio de mercado afectarán la sostenibilidad de la mina.
Al llegar también sobrevolamos el desastre de la mina de oro de Fifer, abandonada y peligrosa por los químicos en piscinas que podrían desbordarse.
Conclusión: aunque todavía algo escéptico, ahora que he visto lo que es una mina bien manejada , con los debidos programaciones de mitigación y de comunidad, me siento más cómodo y más tranquilo.
El autor es fundador del diario ‘La Prensa’
