Exclusivo Suscriptores

Aprender las reglas y jugar para ganar

Imagine a un ejecutivo que llega a una nueva empresa con grandes ideas de transformación, pero que, a los pocos meses, se encuentra bloqueado por la cultura organizacional, enfrenta resistencia de los equipos y pierde credibilidad ante la junta directiva. ¿Qué falló? Probablemente, la falta de comprensión de que liderar es como participar en múltiples juegos simultáneos, cada uno con sus propias reglas.

En la vida profesional, no todos los “juegos” valen la pena, pero cuando se decide participar en uno, la única manera de aspirar a ganar es conociendo sus reglas y comprometiéndose plenamente. Este principio, que parece aplicarse de forma natural en el deporte o en las negociaciones, es igualmente válido para el éxito empresarial y profesional.

Ningún profesional o empresa opera en el vacío; se inserta en un entramado de políticas corporativas, dinámicas de mercado, regulaciones, culturas organizacionales y expectativas de stakeholders. Cada uno de estos elementos funciona como un sistema con sus propias reglas, algunas explícitas y otras tácitas. Un liderazgo efectivo comienza reconociendo este mapa y decidiendo en qué “juegos” participará, cuáles evitará y cómo afrontará cada uno.

No todas las batallas corporativas son estratégicas. En los negocios, como en la vida, elegir bien es tan importante como actuar bien. Un ejecutivo puede verse tentado a entrar en conflictos interdepartamentales, promover proyectos sin viabilidad financiera o embarcarse en reestructuraciones para las que no cuenta con apoyo del equipo. Jugar en esos tableros puede consumir recursos y capital político sin aportar beneficios reales a la organización. La prioridad debe ser participar en aquellos procesos que generen un impacto duradero y positivo en los resultados.

Cuando un profesional o una empresa decide actuar en un ámbito —como negociar un contrato, implementar una nueva tecnología o expandirse a un nuevo mercado— no basta con la visión empresarial. Debe conocer a fondo las reglas formales (regulaciones, procedimientos, políticas) y las informales (dinámicas de poder, alianzas interdepartamentales, cultura corporativa). Ignorarlas conduce a fracasos de implementación, conflictos legales o crisis de reputación. La experiencia empresarial demuestra que quien entra en un juego sin dominarlo termina debilitando su posición competitiva.

En el mundo empresarial, improvisar rara vez funciona. No se puede asumir un rol de liderazgo con discursos inspiradores y esperar que las iniciativas avancen sin planificación, respaldo técnico y estrategia de comunicación. La coherencia también es esencial: si una empresa promete innovación pero mantiene procesos obsoletos, el mercado percibirá la contradicción y la desconfianza se traducirá en pérdida de competitividad.

Ser estratégico dentro del ecosistema empresarial no significa traicionar valores. Al contrario, conocer las reglas permite avanzar con integridad y, en muchos casos, obtener la influencia necesaria para reformarlas en beneficio de la organización. Los líderes más efectivos no han sido quienes rechazaron el sistema corporativo de plano, sino quienes lo dominaron lo suficiente como para cambiarlo desde adentro.

Un error frecuente es el de los profesionales que dicen no interesarse en ciertos resultados —por ejemplo, el reconocimiento directivo o la aprobación de presupuestos—, pero cuyas acciones revelan lo contrario. Esa incoherencia genera frustración en el equipo y desconfianza en la organización. La falta de una decisión clara sobre en qué juegos participar y cómo hacerlo deja a los profesionales atrapados en un terreno intermedio, donde ni destacan ni se retiran.

Todo profesional y toda empresa deberían formularse una pregunta clave: ¿Qué juegos comerciales, organizacionales y competitivos estamos jugando ahora? ¿Conocemos realmente sus reglas y estamos preparados para ganarlos? La respuesta determinará no solo el éxito de un proyecto, sino el crecimiento sostenible de la carrera o de la empresa.

En el mundo empresarial, como en cualquier competencia, la claridad de propósito, la preparación y la voluntad de jugar con conocimiento marcan la diferencia entre quienes construyen carreras exitosas y quienes se pierden en la confusión del tablero corporativo. El arte del liderazgo no es evitar el juego, sino elegirlo con inteligencia y jugarlo con maestría.

El autor es MBA, DirCom e ingeniero.


LAS MÁS LEÍDAS

  • Gobierno contrata a multinacional estadounidense para diseñar el quinto puente sobre el Canal. Leer más
  • Cuarto Puente sobre el Canal de Panamá: así será el Intercambiador del Este en Albrook. Leer más
  • Denuncia ante el Ministerio Público frena contrato millonario de piscinas que firmó la Alcaldía de Panamá. Leer más
  • Días feriados y fiestas nacionales en Panamá 2026: Calendario detallado. Leer más
  • Grupo Cibest acuerda vender Banistmo en Panamá a Inversiones Cuscatlán. Leer más
  • Trasladan a la directora del Cefere por el caso de La Parce. Leer más
  • Alcaldía de San Miguelito desiste de prórroga y mantiene la licitación de basura para el 19 de diciembre. Leer más