Cada cinco años ansiamos que termine el gobierno de turno, gritamos por un cambio y abanicamos por la renovación del equipo que nos dirige. Ese sentimiento, muchas veces justificado, nos impide realizar una evaluación real de aciertos y también de errores y horrores cometidos.
A continuación trataré, sin banderías políticas, de resumir en pocas líneas, mi evaluación de lo sucedido.
Lo bueno: No hay duda de un buen aporte en infraestructuras: Metro 2, renovación Colón, línea 3 de transmisión, estudios y licitación para el puente 4, ensanche a ocho carriles hasta Arraiján, estudios del Metro 3, corredor de playas, terminación tramo Santiago-David, Instituto Técnico del Este, carretera a Darién, puerto de cruceros, corredor de los pobres, muchos kilómetros de caminos, retoma de la Ciudad de la Salud, Merca Panamá, aeropuerto de Tocumen, estadios de béisbol de David, Los Santos, Changuinola, Aguadulce, y Juan Demóstenes Arosemena, piscina Adán Gordón. Como debe ser, siempre hay obras aún en ejecución y que deben ser continuadas. Mucho concreto, arena y acero.
En relaciones internacionales se tuvo el valor de establecer relaciones diplomáticas con China, potencia mundial y segundo usuario del Canal. No había de otra, y ahora nos toca sacar provecho de ese trascendental paso. Lo del tren y el TLC debe ser bien ponderado por el nuevo gobierno.
Se implementó la descentralización municipal, establecimiento del sistema penal acusatorio. Devolución del Cepadem (aunque financiado por futuros gobiernos). Se intentó regularizar el tema migratorio eliminando el crisol de razas. Se trató de recuperar algo de fondos corruptos con aparentemente buen manejo de la Autoridad Nacional de Transparencia y Acceso a la Información y la Fiscalía General de Cuentas. La Contraloría se trató de poner los pantalones largos, aunque tímida y tardíamente.
En materia educativa se concretó un justo aumento salarial a los educadores, ahora les corresponde a ellos coadyuvar en la mejora de la calidad educativa. El programa Panamá Bilingüe y la construcción de algunas escuelas modelo es un tema que hay que continuar, al igual que lo pactado por el Compromiso Nacional por la Educación.
Debemos reconocer el aporte del Gobierno a la consecución y celebración de la JMJ; nos trajo un aire de paz, orgullo y empoderamiento nacional.
Lo malo y lo feo: La prometida constituyente no llegó ni en los dos primeros años ni nunca; era una ficha clave para mejorar la ya colapsada falta de institucionalidad. Falló la reforma y adecuación de la ley de contrataciones públicas. Se continuó con el otorgamiento de partidas económicas a los diputados: donaciones, servicios profesionales, partidas deportivas, planillas (04, 02, 080, 172 y otras sin control ni rendición de cuentas). Faltó implementar la carrera judicial y nombramientos permanentes de jueces, magistrados y otras autoridades de justicia; aquí perdimos una oportunidad dorada para nombrar cinco magistrados capacitados, independientes, honestos e imparciales.
El primordial tema de la calidad de educación, incluyendo la sexual, no se atacó de frente y con valor, es imperativo convocar un pacto de Estado con docentes, estudiantes, empresarios, sociedad civil y entidades gubernamentales.
También el aspecto de salud y principalmente en la CSS tuvo un manejo deficiente: pérdida de tiempo con los administradores nombrados, escasez de medicinas, acumulación y retrasos de cirugías y citas especializadas. Y aunque parezca inconcebible, seguimos con una CSS sin estados financieros auditados que den credibilidad y sirvan de base para estudios actuariales serios que nos permitan atacar y enfrentar el crucial tema de las futuras jubilaciones.
Faltó traspaso de administración a la Alcaldía de: AAUD, parque Omar, cintas costeras, calzada de Amador. Obras buenas fueron opacadas por su lentitud de ejecución: renovación de Colón, Transístmica, vía Centenario, techos de esperanza, centro de convenciones. Nació un nuevo PAN: Pandeportes. Exceso de viajes al exterior, algunos injustificados. No entendieron el tema agro, faltó diálogo y ejecución desde un inicio con un sector tan vital. Se siguió inflando la burocracia estatal a $4 mil millones al año, manejo político que afecta directamente el déficit fiscal. Faltó racionalización en la deuda pública; incluyendo los exagerados “llave en mano”; “100% agua 0 letrinas”, otra promesa incumplida. El cuidado del medio ambiente fue tratado con timidez.
La inclusión de Panamá en listas negras y grises fue una gotera permanente que, a pesar de acatar todo lo que nos exigían los organismo internacionales, no fue manejada con mayor carácter y un equipo especializado que nos representara para superar ese tema de manera definitiva.
Sé que usted podrá complementar este pretendido check list con otros tópicos importantes. Lo que sí pretendo es que esto nos ayude en la evaluación de los futuros hombres que dirigirán los destinos de este bello país durante el próximo quinquenio.
El autor es ciudadano
