Panamá se encuentra en una encrucijada en su desarrollo científico y económico. Históricamente, el país ha enfrentado dificultades para consolidar un ecosistema científico sólido, en gran parte por el tamaño limitado de su mercado y la falta de incentivos para la investigación en diversas disciplinas. Sin embargo, las ciencias empresariales surgen como una alternativa innovadora y estratégica frente a este panorama.
La investigación en ciencias empresariales no se limita a optimizar procesos o aumentar la rentabilidad de las compañías. Va mucho más allá: abre la puerta a la exploración de nuevos mercados, identificando oportunidades conocidas como blue oceans (mercados nuevos o inexplorados donde la competencia es irrelevante porque se crean oportunidades de valor únicas aún no explotadas). Estos mercados representan una fuente inagotable de innovación y crecimiento, con un efecto multiplicador que trasciende las fronteras de lo estrictamente empresarial.
Al abrir estos espacios, las ciencias empresariales se convierten en un imán para científicos de otras áreas. Un ecosistema empresarial diversificado y en expansión atrae a investigadores de las ciencias naturales, exactas y sociales, quienes encuentran en estos nuevos mercados oportunidades para aplicar su conocimiento de forma innovadora y rentable.
Este enfoque también redefine el papel de las universidades. La conexión entre academia y empresa cobra mayor relevancia cuando la investigación se alinea con las necesidades del mercado. Carreras como administración, economía o mercadeo dejan de entenderse solo como formaciones teóricas para convertirse en laboratorios de innovación aplicada. Cada proyecto empresarial funciona como una hipótesis en prueba, un espacio donde se generan datos, se identifican patrones y se descubren soluciones.
Además, Panamá vive un momento estratégico. Con la salida de la lista gris del GAFI y un proceso de fortalecimiento institucional en curso, existe una oportunidad real de posicionar al país como un hub de innovación regional. La promoción de las ciencias empresariales puede actuar como un acelerador natural para este objetivo, alineando incentivos académicos, empresariales y estatales en torno a la creación de valor sostenible.
El valor de las ciencias empresariales trasciende los términos financieros: radica en su capacidad para generar un ecosistema científico dinámico y colaborativo. La lógica del capitalismo, que premia a quienes aportan valor, se refleja en este modelo: al ofrecer soluciones innovadoras y descubrir nuevos nichos de mercado, todos los actores del ecosistema se benefician, fomentando un entorno de crecimiento sostenible y de beneficios compartidos.
Apostar por la investigación en ciencias empresariales no solo fortalece el tejido empresarial panameño, sino que impulsa la creación de un ecosistema científico vibrante y diverso. Es una invitación a pensar en grande, innovar y construir un futuro donde el conocimiento y la empresa avancen de la mano, generando valor para todos.
El autor es miembro de la Fundación Libertad.

