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Círculos de lectura: voces de la diversidad

Hay dos maneras de disfrutar de la lectura de un libro. Pienso y me refiero al libro, propiamente tal, porque hay otras formas de leer desde los artefactos de la tecnología que también se pueden considerar. Sin embargo, solo hay dos formas de encontrar la felicidad al leer un libro físico. Una es la lectura en soledad y la otra es la lectura compartida. La primera tiene más preeminencia que la segunda, porque la lectura es un acto de soledad que permite familiarizarse con la historia que se está leyendo desde el silencio y de esta forma se produce un encuentro privado con el otro, con alguien que nos deletrea el mundo.

Sin embargo, cuando compartimos la lectura en un espacio colectivo, donde la experiencia o encuentro con la lectura en grupo permite la participación, se produce un fenómeno también interesante que vale la pena observar. Me refiero a los clubes o círculos de lectura donde las personas intercambian experiencias sobre lecturas particulares.

En un círculo de lectura se puede tener un encuentro con la diversidad de pensamientos. Es un encuentro con los saberes y aprendizajes de otros que aprenden a amar, incluso a detestar, cosas de la vida, la gente y el mundo. He escuchado a otras personas decir que en los círculos de lectura han aprendido a ser mejores madres o padres, mejores amigos o ser mejores esposos. Son testimonios casi religiosos. Se descubren realidades que antes no veíamos. El universo se hace más grande y a veces más estrecho. Terminamos agradecidos con el autor, a veces enfadados, pero también con la voz del otro que nos enseña una parte de su sentido de la realidad.

Una lectura en un círculo de lectura nos lleva por el camino de la tolerancia y el respeto. En momentos precisos la lectura compartida, así como la que se realiza en soledad, nos ayuda a resistir la adversidad y escapar de la mediocridad. Cuando un grupo de personas se reúne para compartir la experiencia de la lectura sucede que es la posibilidad de contar lo terrible y lo hermoso de una historia. Son las luces y sombras de la lectura. Porque la lectura puede ser terrible, puede ser cruel y tocar la fatalidad, el lado oscuro de la humanidad y también puede ser la luz o la esperanza y la felicidad de esa humanidad.

En un círculo de lectura conviven voces diversas que son una aventura distinta del pensamiento. En esos espacios se organiza una pequeña esfera de la comunidad para descargar sus emociones en un cántaro donde todos beben. En un círculo de lectura no se canta, se cuenta el relato que descubre que la verdad y la fantasía son parte de la realidad. En los círculos de lectura la imaginación es una imagen con millones de posibilidades porque la imaginación es infinita y poderosa.

He hablado de la comunidad. Pienso que los círculos de lectura tienen la capacidad de construir comunidades que fortalezcan a la sociedad desde pequeños núcleos de convivencia. Pensemos en la comunidad escolar. Es posible una educación basada en el diálogo interno entre los estudiantes alrededor de lecturas que les permitan ser mejores ciudadanos. Un modo de leer la literatura más allá del comentario lingüístico que proponga hacer conexiones cívicas y éticas.

Desde la lectura de un cuento o una novela se puede hablar del bien y del mal, de lo verdadero y de lo que parece verdad, se puede tener una discusión sobre nociones como la libertad, la equidad y la justicia, que son necesarias reflexionar en estos tiempos. En un círculo de lectura donde se lea poesía, por ejemplo, se puede dialogar con la naturaleza y la condición humana, de la conciencia de la belleza, de la personalidad que tienen las cosas, y encontrar una disposición más noble hacia la vida, porque el lenguaje festivo de las palabras nos permite tener un encuentro con la nobleza del mundo.

En todas las instituciones y centros escolares debería de haber distintos clubes de lectura que permitan socializar la palabra y estimular el pensamiento creativo, y, sobre todo, para ayudarnos a ser mejores personas porque la buena lectura de distintos textos permite apasionarse por temas con sentido humano y fortalecer las relaciones humanas, así como a tener conciencia de las cosas que nos hacen daño.

Hoy se llevará a cabo en los recintos de la Biblioteca Nacional el Encuentro de Clubes de Lectura organizado por el Círculo de lectura Pasajeros en tránsito (un nombre que le hace honor a la memoria de Elsie Alvarado de Ricord). Creo que la idea de reunir a muchos círculos de lectura en Panamá (tenemos una data de que en Panamá hay más de 70 clubes de lectura) para socializar experiencias de lectura es algo que puede ayudar a posicionar el tema de la importancia de la lectura y por eso felicitamos a los organizadores. Ojalá esta iniciativa vaya más allá y eleve a las autoridades la solicitud de organizar a la comunidad escolar para que los círculos de lectura sean una herramienta indispensable en la educación.

El autor es escritor


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