Constituyente originaria es aquella constituyente construida de abajo hacia arriba. No es impuesta desde el poder, sino que es convocada por los ciudadanos para intervenir en la vida nacional y producir cambios importantes, en forma extraordinaria y excepcional, para debatir el modelo de sociedad, conforme al cual quieren vivir, y se fundamenta en el principio político de soberanía popular para cambiar un modelo que se está demostrando a sí mismo que no funciona.
¿Por qué es necesario un proceso constituyente originario? Por las siguientes razones:
(1) La Constitución Nacional (1972) emana del periodo de la dictadura y es ante todo antidemocrática; ha sido reformada cuatro veces: 1978, 1983, 1994 y 2004.
(2) Los procesos constituyentes deben ser democráticos y participativos. El proceso de asamblea constituyente paralela es reformatorio y carece de independencia.
(3) El Tribunal Electoral domina la participación ciudadana reglamentando el tiempo y la forma de recaudación de firmas y ejecuta el proceso de elección.
(4) La Constitución carece de un mecanismo efectivo para la tutela de las garantías y protección de los derechos fundamentales.
(5) La asamblea constituyente moderna debe tener plena libertad de convocatoria, elección de representantes y de procedimiento para ser verdaderamente democrática.
La nueva institucionalidad que se derive de la constituyente originaria debe ser aquella que democratice la sociedad panameña; que garantice el pleno disfrute de todos los derechos humanos; que camine al desarrollo económico y social; que materialice la democracia económica y social; que instituya la no privatización de servicios públicos vitales para la población y el país; preserve la seguridad ciudadana y que consolide la nación panameña, reafirmando nuestra soberanía plena en todo el territorio nacional.
El pueblo es el sujeto del poder constituyente y solo puede serlo en la medida que se organice de manera autónoma y se convierta en fuerza ordenadora y unitaria. Pero antes de convertirse en fuerza ordenadora, este pueblo debe descubrir su potencia unitaria.
El autor es estudiante de maestría en la UIP
