A la pregunta: ¿Cuántas constituciones hemos tenido?, la respuesta generalizada es que han sido cuatro: la originaria de 1904 y las de 1941, 1946 y 1972. Esta última es la que se reputa vigente. Pero esa creencia es infundada frente al hecho (demostrable con la simple comparación del texto constitucional que nos rige con el original de la denominada Constitución de 1972) que esta fue sustituida, integralmente, por el acto constitucional de 1983 que, como dejó constancia con meridiana claridad nuestro más destacado constitucionalista, César A. Quintero, no solo reformó el texto promulgado en 1972, sino que, por sus contenidos esenciales, dio nacimiento a una nueva Constitución.
El profesor Quintero dejó su testimonio escrito en el estudio Antecedentes y significado del Acto Constitucional de 1983, publicado en 1987, en los siguientes términos: “el Acto Constitucional de 1983 no significó una reforma de la Constitución de 1972, sino una nueva Constitución que técnicamente sustituyó por entero a la que decía reformar. Sucedió esta vez lo mismo que ocurrió en 1972 con la Comisión de Reformas Revolucionaria a la Constitución de 1946″. El texto del extraordinario estudio del fallecido Quintero puede consultarse en las páginas 61 a 117, del volumen Estudios de Derecho Constitucional Panameño, publicado por la iniciativa, dirección y compilación del jurista Jorge Fábrega Ponce (q.e.p.d.).
De ese texto he hecho cita en varios escritos para rebatir la falacia, irresponsablemente repetida, de que en Panamá sigue vigente y, por consiguiente, estamos regidos por la denominada Constitución de 1972. Pero como el objeto de estas notas no es volver sobre ese tema, de comprobada inconsistencia por su absoluta falsedad, me concentraré en responder a la pregunta del título que las encabeza y, por tanto, a sustentar que por el acto constitucional de 1983, aprobado en un masivo referéndum, no solo desapareció la denominada Constitución de 1972, sino que nació una nueva Constitución que, para ser consecuentes con las conclusiones de Quintero, debería considerarse como la Constitución de 1983 y, por tanto, como nuestra quinta Carta Magna.
Pero, adicionalmente, existe amplia fundamentación jurídica para sostener, ateniéndonos al resultado de la comparación de los textos de 1946 con el actualmente vigente que, por el trascendental acto constitucional de 1983, conceptualmente, desandamos el camino seguido por las reformas de 1972 y volvimos a la Constitución de 1946.
El pasado 1 de marzo se conmemoraron 76 años de la promulgación de la Constitución de 1946, la que, en sus principales preceptos y para beneficio de nuestra nación, sigue vigente. Para registrar correctamente nuestra evolución constitucional, debe recordarse que los detentadores del poder, que protagonizaron el golpe de estado de 1968, nunca convocaron a una asamblea constituyente. El Decreto de Gabinete 214 de 1971 dispuso, en su artículo 1, “se crea la Comisión de Reformas Revolucionarias a la Constitución de 1946″, constituida por 25 miembros con sus respectivos suplentes.
Juan Materno Vásquez, protagonista y testigo de los hechos que rodearon el nacimiento de la denominada Constitución de 1972, en su obra del mismo título, dejó escritas esclarecedoras palabras, que pueden consultarse en las páginas 10 y 11, del siguiente texto: “... en ninguno de los textos legales que dicen relación con la integración de la Comisión de Reformas Revolucionarias a la Constitución, a la convocatoria a elecciones populares para escoger la Asamblea de Representantes de Corregimiento, se dice que la misma sería Asamblea Constituyente”.
Tomando en cuenta estos hechos y antecedentes, que son parte de nuestra historia política, pueden adoptarse diferentes posiciones: 1) mantenernos en un contexto de formalidades denominativas y seguir considerando que hemos estado regido por cuatro constituciones; 2) considerar que, por el acto constitucional de 1983, como dejó escrito Quintero, nació una Carta Fundamental nueva o sustancialmente diferente y reconociéndole ese efecto al acto constitucional de 1983, que son cinco las constituciones de nuestra vida republicana, o 3) que por haber desaparecido la de 1972 y rescatado mediante el acto constitucional de 1983 los preceptos sustantivos y trascendentes de la de 1946, esta es la Constitución que nos rige.
La tesis da para la polémica, pero en ocasión del 76 aniversario de su promulgación, la expongo como el tributo que considero adecuado a ese texto ejemplar, a todos los que le dieron vida el 1 de marzo de 1946 y a quienes la rescataron en 1983.
El autor es abogado.

