Exclusivo Suscriptores

Cuba en el corazón

Panamá y Cuba son los países más parecidos de la región. No solo nos une la identidad étnica y cultural, sino la historia común que nos obliga a tratarnos como lo que somos: pueblos hermanos.

El pueblo panameño jamás aceptará el bloqueo contra Cuba, el crimen más atroz de los últimos siglos contra la humanidad.

En abril de 1977, recibí una llamada del embajador de Cuba: su presidente, Fidel Castro, deseaba conversar conmigo sobre las negociaciones con Estados Unidos.

Fidel pudo haber llamado al general Torrijos o al canciller Juan Antonio Tack, jefe de las negociaciones, pero prefirió consultarme como asesor de ambos, en una extraordinaria muestra de confianza en mi persona.

Al otro lado del teléfono estaba también el responsable de la seguridad del Estado, más conocido como el comandante Barbarroja.

Les expliqué que los tratados reconocían la soberanía de Panamá, pero que el de Neutralidad —sin fecha de terminación— ya daba pie a la intervención unilateral y perpetua de Estados Unidos, aunque los convenios aún no habían sido ratificados por el Congreso y faltaban las llamadas enmiendas, que un año después confirmaron nuestros temores.

El 1 de enero de 1959 fue memorable para el mundo y para mí personalmente: Fidel entraba triunfante en La Habana tras derrotar a Fulgencio Batista.

Me encontraba en la playa de Punta Blanca, donde habíamos aterrizado en una avioneta proveniente de Guánico Abajo, en la costa de Tonosí. Íbamos de cacería, acompañados por mi prima hermana, la maestra Fredesvinda Hoa, futura alcaldesa del distrito.

Desde Punta Blanca caminamos horas por territorio virgen y despoblado hasta encontrar un paraje agreste llamado Cobachón. Allí vivía un chileno, exprofesor del Instituto Normal de Santiago, que se había aislado como un anacoreta tras la muerte de su esposa.

José Villalón brincó de alegría al vernos. Tenía años de no ver a ningún ser humano ni de tener noticias del mundo.

La comida se le había acabado hacía meses y sobrevivía gracias a una pequeña huerta. Tigres y animales salvajes dormían junto a él pacíficamente, pues la soledad y el aislamiento habían borrado toda distinción entre animal y ser humano.

Villalón nos lanzó la primera pregunta: “¿Qué está ocurriendo en el mundo?”.Le respondí: “Hoy es primero de enero de 1959, y la gran noticia es que Fidel acaba de entrar triunfante en La Habana”. Villalón brincó de alegría.

Luego de cazar algunos jabalíes y venados, nos dispusimos a regresar.“Regresen el próximo año y quédense más tiempo para que me acompañen”, nos rogó.

Al año siguiente regresamos para proseguir a Punta Blanca. Habíamos enviado a algunos peones por delante. Para nuestra consternación, estos regresaron con una noticia que nos sobrecogió a todos: ¡Villalón había sido asesinado!

Un remolino de dolor y angustia nos invadió: ¿quién podría odiar a un hombre tan bueno, que convivía con animales salvajes y compartía su huerta?

El doctor Joaquín Pablo Franco levantó el cadáver: Villalón fue asesinado por la espalda cuando acababa de llenar dos cubos de agua de su quebrada. Sus victimarios fueron tres hermanos de apellido Rodríguez, de Guánico Arriba, que fueron enviados a Coiba, mientras Villalón fue sepultado bajo las arenas de Cobachón.

Inspirados en Cuba, en Panamá se produjo un levantamiento en Cerro Tute, Veraguas, en abril de 1959, que fracasó por la inexperiencia de sus gestores.

En los años sesenta se discutían los tratados Robles-Johnson entre Panamá y Estados Unidos. Al respecto escribí artículos que me valieron amenazas y persecuciones entre 1966 y 1968, un secuestro en Washington en mayo de 1970 e intentos de asesinato entre mayo y el 31 de diciembre de 1970 por parte de la CIA en La Haya.

De ese período surgió mi primer libro: El Canal de Panamá, calvario de un pueblo (Madrid, 1971, Editora Mediterráneo).

Una mano amiga me hizo llegar una copia de los convenios, y yo se la entregué a Floyd Britton, quien los develó durante la cumbre celebrada en Cuba en enero de 1966, en la que se creó la Organización de Solidaridad de los Pueblos de Asia, África y América Latina (OSPAAL).

En el golpe militar del 11 de octubre de 1968, Floyd Britton fue el primer arrestado. Yo fui encarcelado como si fuera el individuo más peligroso, en la única celda con candado de la Cárcel Modelo, durante tres meses.

Éramos dieciséis reclusos en una celda para cuatro; dormíamos en el piso como sardinas en lata o atados a las barras de la ventana, y solo se nos liberaba una vez al día por diez minutos para ir al baño.

Al liberarme bajo presión, Alejandro Araúz, del G-2, me acusó falsamente de ser el “cerebro de la guerrilla”.

Su participación en Cuba fue lo que selló la suerte de Britton, asesinado por sus custodios en Coiba el 29 de noviembre de 1969.

El brillante intelectual y dirigente popular Jorge Turner afirmó que quien más sufrió entre todos los detenidos del período fui yo, ya que, además de las privaciones y castigos, me había casado justo el día anterior a mi arresto.

Amenazas de muerte y persecuciones me obligaron a buscar refugio (no asilo) en casa de amigos en la Zona del Canal.

Viajé al exilio a La Haya, Holanda, a fines de diciembre de 1969, para proseguir estudios en el Instituto de Estudios Sociales, ubicado en el Palacio de la Reina Juliana de Holanda, quien me brindó su protección personal.

En 1971, en Madrid, le envié mi primer libro a Omar Torrijos y al canciller Tack, así como al presidente de Cuba y a su canciller, Raúl Roa.

En agosto de 1972 fui asignado como asesor personal del ministro de Relaciones Exteriores, Juan Antonio Tack.

El canciller tuvo que presionar con su renuncia al gobierno para abrir relaciones con Cuba, así como para exigir la expulsión de los militares de Estados Unidos de la base de Río Hato.

En marzo de 1973 fui designado por el general Torrijos para organizar la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU en Panamá, incluyendo la redacción de la resolución aprobada mayoritariamente, aunque vetada por el embajador de Estados Unidos, John Scali.

Raúl Roa, al verme, exclamó sorprendido: “¡Pensaba que estabas en Madrid!”.

En dicho cónclave, Roa pronunció uno de los discursos más brillantes, incluso polemizando con el embajador de Estados Unidos. Cuba, junto a China, Rusia y Yugoslavia, brindó el más firme apoyo a Panamá.

Tras un enfriamiento diplomático entre Panamá y Estados Unidos, ambos países suscribieron la Declaración Tack-Kissinger en noviembre de 1973, la cual redacté por órdenes de Torrijos y de su canciller.

Dicha declaración constituía la base jurídica de los tratados, aunque fue violada después por Washington.

En septiembre de 1979 viajé a Cuba en tránsito hacia la Unión Soviética para acompañar a la profesora Berta T. de Arosemena. La hermana de Omar me esperaba en Moscú, pero hube de quedarme anclado en La Habana durante varias semanas, pues los huracanes David y Frederick azotaban especialmente la isla, dejando total destrucción a su paso.

Esos huracanes afectaron la celebración, entre el 3 y el 9 de septiembre de 1979, de la VI Cumbre de los Países No Alineados, a la que asistió el general Torrijos.

Yo había llegado a Cuba en el último vuelo proveniente de México, después del cual el aeropuerto José Martí de La Habana fue clausurado.

Sin embargo, mi estancia en La Habana, conviviendo entre gente que carecía de todo, me golpeó duro en el alma, pues fui testigo de la escasez de lo mínimo para vivir.

Para mí, el bloqueo a Cuba se me presentó de manera dramática, encarnado en los pobres que me rodeaban y que se morían por brindarme tan solo unas pocas gotitas de café.

El autor es internacionalista.


LAS MÁS LEÍDAS

  • Gobierno contrata a multinacional estadounidense para diseñar el quinto puente sobre el Canal. Leer más
  • Cuarto Puente sobre el Canal de Panamá: así será el Intercambiador del Este en Albrook. Leer más
  • Denuncia ante el Ministerio Público frena contrato millonario de piscinas que firmó la Alcaldía de Panamá. Leer más
  • Días feriados y fiestas nacionales en Panamá 2026: Calendario detallado. Leer más
  • Grupo Cibest acuerda vender Banistmo en Panamá a Inversiones Cuscatlán. Leer más
  • Trasladan a la directora del Cefere por el caso de La Parce. Leer más
  • Ministerio Público investiga presunta corrupción en el otorgamiento de trabajo comunitario a La Parce. Leer más