Es probable que los lectores de este artículo conozcan personas fallecidas por cáncer. No están solos. Desde hace más de cinco años se reportan más de 3,000 muertes por cáncer en Panamá y esta cifra aumenta 3% cada año. Es posible que ese porcentaje no impresione a nadie. Sin embargo, contrasta con el hecho de que Panamá tiene estrategias de prevención masiva, detección temprana y tratamiento de última generación.
Además, Panamá -como firmante de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030 - se compromete a disminuir en 30% la mortalidad de enfermedades crónicas (diabetes, hipertensión, cáncer) antes del 2030.
Si bien los datos muestran claramente que vamos en la dirección contraria, aún estamos a tiempo de hacer cambios importantes en esto. En lo básico, que es la prevención, es importante que los tumores se eviten tempranamente, eliminando el consumo de tabaco y alcohol, haciendo más ejercicio y manteniendo una alimentación saludable. Se estima que cada dólar invertido en prevención de cáncer ahorra 10 en tratamiento. Esto es buen negocio para el país.
Si algún tumor escapa la prevención, tenemos la detección temprana. Todas las campañas masivas de mamografías y exámenes de próstata son una pequeña muestra de mercadeo que impulsa la detección temprana. Sin embargo, no sirven de nada si solo tienen impacto en la ciudad de Panamá. Hay que diseñar estrategias efectivas para todas las provincias, con mensajes claros y disponibilidad de equipos para atenderse.
No podemos dejar atrás el tratamiento temprano de cáncer. Por ahora tenemos un hospital público que brinda tratamiento oncológico, el cual está a máxima capacidad desde hace más de una década. Este año se deben inaugurar centros oncológicos en Azuero, Veraguas y Chiriquí, que aliviarán la carga de pacientes en el Instituto Oncológico.
Estos sitios necesitarán personal, equipos y tratamientos para atender pacientes en etapa temprana para reducir la probabilidad que el cáncer regrese. Esto es buen negocio para el país, los hospitales y los pacientes. Para esto necesitamos coordinar academia, hospitales, sociedades médicas y tomadores de decisiones para que todos tengan el mejor manejo posible del cáncer.
Aún estamos a tiempo de disminuir en 30% la mortalidad de enfermedades crónicas. Solo necesitamos voluntad y seguir la evidencia científica que sustente las políticas públicas que apoyen ese objetivo.
El autor es médico investigador e integrante de Ciencia en Panamá

