¿Abandonar o transformar?
En Donoso, Colón, más de 12,000 hectáreas de selva han sido devastadas por la minería de cobre a cielo abierto. Durante años, esta operación aportó cerca del 5% al PIB nacional, pero dejó una herida profunda: ecosistemas destruidos, presión financiera y comunidades vulnerables ante un futuro incierto.
El dilema no es si hay daño —lo hay—, sino si Panamá permitirá que esta herida defina su historia o la convertirá en un ejemplo mundial de resiliencia. Cerrar la mina y abandonarla sería una irresponsabilidad histórica. Sanar la tierra no es opcional; es una obligación moral, técnica y estratégica.
Un plan realista: extraer para reparar
El cobre ya está expuesto. Ignorarlo significaría renunciar a los recursos necesarios para restaurar la tierra y reconstruir la economía local. Debemos extraerlo bajo condiciones estrictas: cada centavo debe reinvertirse en regeneración ambiental y en la transición económica. Panamá no puede aceptar menos del 50% de las ganancias netas en esta fase final.
Este proceso tomará tiempo. Requerirá entre 10 y 15 años de explotación controlada y un cierre progresivo, integrando la restauración en la medida en que los recursos y las condiciones técnicas lo permitan. En los primeros tres años no se podrá reforestar dentro de la mina, pero sí en su perímetro: fortalecer bosques externos, establecer viveros y capacitar a la fuerza laboral en oficios verdes. Al cabo de 20 años, Donoso puede ser un modelo global de sostenibilidad.
El corazón de la visión
“Panamá tiene la preciosa oportunidad de mostrar al mundo que puede salir de un problema con una solución elegante: técnica y económicamente sólida, un negocio con la mayor ganancia posible, sin perder la humanidad de atender a nuestros ciudadanos más frágiles. Podemos hacerlo sin golpear nuestra economía, demostrando que somos una potencia en el uso y desarrollo de los recursos hídricos. Debemos exhibir sabiduría y excelencia para resolver nuestros retos, combinando ingeniería, economía y humanismo, dejando impresa sobre la tierra la belleza del alma que clama por sanar su herida.”
El agua: nuestro verdadero oro
El futuro de Donoso no está en el cobre, está en el agua. Esta región es extraordinariamente rica en recursos hídricos. Si se gestiona con inteligencia, este tesoro puede sostener una economía basada en agua limpia, monetizada de manera responsable mediante alianzas con países que enfrentan escasez hídrica.
Esto no es utopía: Singapur, Israel y Chile ya demostraron que la seguridad hídrica es posible y rentable. Panamá puede liderar esta transformación.
Rigor técnico y compromiso humano
Lograrlo exigirá el más alto nivel de rigor técnico y coordinación multidisciplinaria: ingenieros, hidrólogos, expertos ambientales y financieros trabajando de manera pragmática. No es un proyecto romántico; es un desafío de ingeniería, economía y humanidad del más alto nivel.
De herida abierta a modelo mundial
Alemania transformó sus valles carboníferos en polos de innovación. Las Galápagos combinan soberanía nacional con protección global. Donoso también puede lograrlo, demostrando que la humanidad es capaz de convertir cicatrices en símbolos de resiliencia.
El daño ya está hecho, pero el futuro aún no está escrito. Si actuamos con sabiduría y visión, Donoso no será recordado como la gran herida de Panamá, sino como el lugar donde aprendimos a sanar la tierra, transformar la economía y valorar la vida por encima del metal.
El autor es ingeniero electromecánico con más de 40 años de experiencia.

