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ANáLISIS

La educación: pasado, presente y futuro

Se ha convertido, como decimos en el interior, “en pan nuestro de cada día” opinar en todos los medios de comunicación sobre la educación. Todo el mundo la menciona y con gran osadía dicen que el problema número uno del país es la educación. Cuando se escuchan esas observaciones, con las cuales estamos parcialmente de acuerdo, tenemos que pensar de inmediato en las bases que conllevan el desarrollo nacional o si la educación es un ingrediente independiente del mismo.

Hace años, en las décadas de los 60 y 70, en la Universidad de Panamá, los aspirantes a primer ingreso que provenían de las escuelas públicas no hacían examen de primer ingreso, mientras, que los que provenían de escuelas privadas, sí. Este criterio cambió por diferentes razones, entre las cuales podemos mencionar el bajo rendimiento de los egresados de las escuelas públicas en la carrera universitaria. En consecuencia, los analistas de la educación decidieron en primera instancia, que todos los aspirantes a primer ingreso debían hacer el examen de admisión. Los análisis posteriores indicaron que los jóvenes procedentes de las escuelas públicas manifestaban un déficit importante en la formación en física, química, matemática, biología y español, por mencionar algunas áreas.

Se inició entonces la discusión acerca de la necesidad de reformar la educación, y se hicieron cambios, dirigidos básicamente a crear una multiplicidad de bachilleratos, cada uno de los cuales, supuestamente, llenaba algún vacío relacionado a resolver el déficit en la demanda laboral. Mientras que eso sucedía, el sector privado, con la misma oferta educativa revisaba su currículo y ofrecía un reforzamiento educativo basado principalmente en el tiempo de dedicación, que implicaba obligatoriamente que los periodos de clases eran más largos y en consecuencia existía mayor tiempo de atención al estudiante.

Estos cambios, sencillos, tuvieron resultados positivos, y cada día que pasaba se notaba con claridad que los estudiantes provenientes de escuelas privadas presentaban mejores resultados y podían ingresar con facilidad a carreras como medicina, odontología, derecho, ingeniería, por decir algunas. Este fenómeno implicaba que los egresados de las escuelas públicas llenarían el resto de las vacantes del mercado laboral. En otras palabras, se estaba creando un mercado de especialistas y otro de subalternos, con capacidad intermedia, producto de las reformas en el sistema educativo.

Entre todos los especialistas que formaron parte del sistema educativo lo único que los identificaba era el nuevo bachillerato que se creaba para disminuir el fracaso y el abandono del sistema escolar, que se convertía en una epidemia. El resultado final era el mismo y para cualquier persona normal el análisis era sencillo. La medicina utilizada no era la correcta y había que recurrir a otra oferta diferente. Se ha tratado, se inventó la beca universal y otras innumerables formas de ocultar la realidad, ofreciendo en cada caso las bonanzas financieras de un sistema que en la práctica resultaría inoperante, debido a que no puede ser sostenible.

Ahora bien, si nos basamos estrictamente en el sistema educativo, tenemos que ir a las bases para entonces producir los cambios que se necesitan. En ese sentido, en la educación debemos trabajar con objetivos que, aunque sean sencillos, deben responder a una realidad biológica y física.

En primer lugar, debemos reconocer que nuestro sistema educativo tiene cuatro fases, la preescolar, la educación primaria y/o básica, la secundaria y/o media y la universitaria y/o posuniversitaria y, que en cada una el egresado debe cumplir con los objetivos fijados para esa etapa. Esta visión sencilla, nos lleva a preguntarnos, ¿cuál es el objetivo de cada etapa?, si es que este ha sido definido. En el análisis a continuación no abordaremos el sistema preescolar, porque pensamos que este ha sido “internalizado” por todos y los resultados son más o menos aceptables.

El sistema primario (de primer grado a sexto grado es un desastre). Los objetivos no han sido debidamente identificados y en consecuencia los resultados parecieran ser catastróficos. Para la educación primaria, se necesita que el egresado del sistema lea correctamente, interprete y pueda escribir con facilidad. Para que esto funcione se requiere instalar en las escuelas bibliotecas de primer nivel con lecturas importantes y de reconocimiento internacional. Se requiere además tiempo de dedicación a la lectura en silencio en las bibliotecas y en voz alta en los salones de clase. Ahora bien, leer si no se interpreta adecuadamente la lectura es tirar la educación a un cesto que va dirigido directamente a cerro Patacón. Debemos incorporar entonces diferentes formas de expresión, la hablada y la escrita y eso requiere de tiempo especial de dedicación. Resuelto el problema de la lectoescritura, debemos recordar la importancia de atender la matemática y otras áreas del conocimiento. Es imprescindible que un egresado de primaria pueda desarrollar todas las operaciones matemáticas con suma facilidad, tanto para los números positivos como los negativos, atendiendo los sistemas numéricos de obligatorio uso. El dominio de estas dos fuentes del conocimiento permitirá enfrentar otras tareas, el desarrollo de otras fuentes o áreas, la geografía y la historia, principalmente la de Panamá y principios de la universal, la ciencia básica, que comprende el origen de la vida y la evolución, la religión, haciendo énfasis en la vida de Cristo.

A nivel de primer ciclo, hoy educación básica, debemos partir sobre bases sólidas, pues contamos con un estudiante que sabe leer, interpretar y describir oralmente y verbalmente lo que ha aprendido. A este nivel, preocupa el rendimiento en matemática, en ese sentido, se deben atender los principios básicos del álgebra. En el área del idioma, expandir el conocimiento haciendo énfasis en las reglas de la gramática, en ciencias, es obligante que el estudiante conozca los diferentes hábitats y sus organismos residentes, tenga nociones claras acerca de la protección del ambiente y de los seres vivos. En geografía, debe conocer la geografía universal y su relación con la geografía de nuestro país, en historia universal, las diferentes civilizaciones y su influencia en nuestra historia.Está por demás decir que en todo el sistema planteado se hace necesaria la instalación de laboratorios de ciencias, idiomas y de sistemas, que permitan al estudiante atender las realidades de su entorno.

A nivel del segundo ciclo o bachillerato, debemos hacer algunas observaciones que nos permitan obtener excelentes resultados. En este nivel se debe profundizar lo aprendido en diferentes áreas del conocimiento.

Es preciso resaltar que el problema no está en la educación, el país requiere un modelo de desarrollo que permita orientar la educación por lo menos en segundo ciclo y la universidad sobre bases reales. No permitamos más a egresados de una carrera universitaria abriendo las puertas de un banco y diciendo “buenos días” y/o “muchas gracias”, frustrados y siendo víctimas de las bandas y/o del narcotráfico de estupefacientes, ni seamos tolerantes con los ninis. Iniciemos la reforma desde su origen.

El autor es ciudadano


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