Hace siete años, un joven profesional de la abogacía y del periodismo, cuarentón, decide tomar su mochila y caminar con sus zapatillas blancas, para buscar votos. Renuncia a su puesto que por tantos años ejercía en un canal de televisión como comentarista institucional, entre otras funciones, para incursionar en la política, manteniéndose a través de su sencillo, pero muy respetado bufete. Sin partido, sin subsidio, sin recursos y sin dinero, inicio la búsqueda de firmas por la libre postulación. A medida que avanzaba el tiempo y ya iniciada su campaña electoral, comprendí y acepté lo que, para mí, era el mejor discurso, la mejor intención y por supuesto, el mejor candidato. Lombana hace historia cuando logra, en 2019, el 19% de la elección desde la libre postulación, con un caudal impresionante de unos 369 mil votos y que lo colocan en el tercer lugar entre siete candidatos.
Pasó el tiempo y logra organizar como partido político el Movimiento Otro Camino (MOCA) en 2022, desde una óptica independiente. Habiéndome inscrito en el partido, inicio mi participación formalmente en la redacción del plan de gobierno y como uno de sus voceros. Como todo ser humano, Lombana no es perfecto. Pero sabe captar el mensaje, escuchar la palabra, comprender la frase y recibir el consejo. Y así tomamos el otro camino hacia la presidencia en 2024. Se dieron importantes entendimientos, por ejemplo, con la Coalición Vamos. Y ante la imposibilidad de lograr una alianza que a Vamos no le interesó, Moca decidió desprenderse en alrededor de treinta territorios, permitiéndole a Vamos postular sin nuestra competencia. Lo puedo demostrar a nivel personal cuando el candidato de Vamos de mi corregimiento, y a quién le firmé como candidato por la libre postulación, no tuvo competencia de parte de MOCA. Y ese caballero de Vamos, ha tenido la cortesía de escribir en uno de sus tantos mensajes posteriores a su elección como nuevo representante del corregimiento de Bella Vista, que “… gracias a la no postulación de MOCA, el voto de Vamos no se dividió en circunstancias como la mía …”. Esta es la clase de políticos que necesita el país y que apoyamos como partido político, y por eso merecían ganar y así lo entendió MOCA, aunque nuestro sacrificio fuese no postular a nadie porque así fue.
No es el momento de detallar las cosas buenas y no tan buenas de Ricardo Lombana, porque no es la intención. Que solo sacamos tres diputados, que ya amenazó que irá a la calle, que se autoproclamó líder de la oposición, que no quiere hacer alianzas con nadie, en fin, para criticar todos están al día, sobre todo, quienes no deseaban su triunfo. Alguien hasta llegó al extremo de culparlo de la pérdida del grado de inversión de Panamá, por haber criticado el contrato minero. Por supuesto que tendremos que reevaluar muchas cosas y corregir infinidad de errores, si pretendemos regresar a esta aventura presidencial. Pero Lombana avanzó y esa realidad es indiscutible. De tercero, ahora queda segundo en una campaña de ocho candidatos; de un 19% de la elección hace cinco años, hoy se eleva a un 25% con un total de votos que supera los 559 mil; en su primera participación como partido político, MOCA desplaza a los partidos tradicionales PRD, CD y Panameñismo, cuadruplicándolos en votos presidenciales a cada uno; pero lo más importante es que, a pesar de haber llegado de segundo y no obtener la presidencia de la república, hizo lo que tuvo a su alcance para apoyar las candidaturas de MOCA que el PRD pretendió quitarle, no importa si era en Panamá o en el interior (todavía hay una curul pendiente en Coclé). Eso dice mucho de un ser humano. Habiendo obtenido MOCA hasta este momento tres diputados, un alcalde (el de Santiago de Veraguas) y nueve representantes de corregimiento.
Lombana no es un héroe o un adalid. Él no es King, Gandhi o Mandela. Ni lo va a ser ni creo que él tampoco pretende estar a la altura de estos personajes. Porque no lo necesita. Es solo un panameño que se ha comprometido en llegar a la presidencia de la república, pero de una manera diferente, sin clientelismo y sin demagogia. Como tampoco con una estructura exagerada o recursos ilimitados, porque no los tiene ni los tendrá, con todo y un supuesto subsidio que le toca a MOCA por los votos recibidos en esta elección. Pero que, a diferencia de los partidos actuales, será transparente frente a la ciudadanía en el manejo de ese financiamiento público y que ojalá con la nueva asamblea, se reduzca próximamente de manera considerable. De nada le sirvieron a Martín Torrijos sus imponentes vallas, a Rómulo Roux sus infinitas propagandas o a Gaby Carrizo su millonaria publicidad. Lombana se limitó a su mensaje orgánico, básico, sencillo y económico, sin mayor ostentación.
El presidente electo puede estar tranquilo porque Ricardo Lombana, respecto a la crítica política e institucional que hará cuando llegue el momento, también sabrá aplaudir y apoyar los actos del nuevo gobierno que le convengan a Panamá. Con esta última elección, queda demostrado que el pueblo panameño está madurando políticamente, con la derrota a gran escala del lado oscuro de la fuerza. Y esa maduración será lo que nos permitirá iniciar y continuar con el escogimiento de los mejores candidatos y no los que falsamente nos darán el cielo, la tierra, las estrellas y los trenes.
El autor es abogado y miembro de MOCA.