La conservación y el uso sostenible del océano es una tarea de complejidades muy particulares. Los procesos ecológicos marinos no conocen fronteras, por lo que la colaboración científica y el diálogo gubernamental deben trascender límites y consolidarse en formas de gobernanza que, inspiradas en la cooperación regional, aseguren una gestión ecosistémica con alcance transfronterizo.
En este contexto, el Corredor Marino del Pacífico Este Tropical (CMAR), cuya Secretaría Permanente se establecerá próximamente en Panamá, debe consolidarse como la autoridad técnica y política de referencia en la región. Su papel será clave para garantizar que la gestión de nuestros mares avance de la mano de la ciencia, el diálogo colaborativo y las comunidades.

La riqueza socioecológica del Pacífico Este Tropical
El Pacífico Este Tropical (PET) es un universo marino dinámico, biodiverso y productivo, que se extiende desde el sur de México hasta el norte de Perú. Sus características oceanográficas están determinadas por la influencia de la Zona de Convergencia Intertropical, las corrientes oceánicas y fenómenos climáticos como El Niño. La combinación de aguas cálidas con afloramientos de aguas frías genera un alto nivel de nutrientes que sustentan la vida de una gran diversidad de especies marinas.
El PET alberga ecosistemas clave que protegen las costas de Centroamérica y Sudamérica, como arrecifes y manglares. Es hogar y ruta de tránsito para tiburones, tortugas, cetáceos y peces de interés comercial. Su ubicación lo convierte en un epicentro de grandes migraciones marinas, configurándolo como un verdadero corredor marino: una región cuyas características facilitan el movimiento de especies y la conectividad ecológica entre ecosistemas oceánicos y costeros.
Sin embargo, la región enfrenta retos significativos. Las flotas pesqueras industriales, en particular las que capturan especies altamente migratorias como el atún y los tiburones, ejercen un alto nivel de presión. La sobrepesca y la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR), amenazan la sostenibilidad de los recursos marinos. Además, las rutas de tráfico marítimo, al carecer de planificación y medidas preventivas adecuadas, pueden afectar negativamente a especies y ecosistemas frágiles. A esto se suman la contaminación y los efectos del cambio climático, que reducen la resiliencia de los países de la región, expuestos a eventos meteorológicos cada vez más intensos.
El CMAR: un modelo fortalecido de cooperación regional con potencial de impacto global
En 2004, los gobiernos de Costa Rica, Panamá, Colombia y Ecuador firmaron la Declaración de San José, reafirmando su compromiso con la protección de los ecosistemas marinos que conectan las islas Galápagos, Malpelo, Coiba, Cocos y Gorgona. Así nació el CMAR, una iniciativa regional que promueve la cooperación para la conservación y el uso sostenible de los recursos marinos.
El establecimiento de una Secretaría Permanente en Panamá marca un hito para la gobernanza oceánica regional. Esta estructura facilitará la consolidación y el seguimiento de acuerdos destinados a mejorar la vigilancia marina, articular coherentemente la política del mar y promover incentivos para la pesca responsable y el ecoturismo. En esta nueva etapa del CMAR, será fundamental fortalecer la implementación de corredores marinos seguros, no solo en torno a las islas oceánicas, sino también con una visión integral que contemple la conservación de los recursos marino-costeros.
Asimismo, el CMAR debe posicionarse como un actor influyente en la agenda marina internacional, especialmente frente a la implementación del Acuerdo de Altamar, y en la negociación del Tratado Mundial contra la Contaminación por Plásticos, aportando un posicionamiento técnico sólido.

Una oportunidad histórica para la gobernanza marina
El fortalecimiento del CMAR no solo beneficiará a los países miembros, sino que también posicionará a la región como referente global en gobernanza marina. En un mundo donde el multilateralismo ambiental enfrenta desafíos, la cooperación transfronteriza en el PET es una muestra de liderazgo y compromiso con la sostenibilidad.
Invertir en ciencia, tecnología y estrategias de gestión basadas en el conocimiento y la participación de todos los actores relevantes es esencial para que el CMAR continúe generando resultados concretos. Con el respaldo de gobiernos, sociedad civil y sector privado, la Secretaría Permanente en Panamá podrá impulsar soluciones innovadoras y efectivas para la conservación del Pacífico Este Tropical.
En un momento crítico para la salud de los océanos y el multilateralismo, el CMAR representa una apuesta oportuna de liderazgo. Ahora, más que nunca, es necesario consolidar la gobernanza marina regional para garantizar mares saludables y productivos para las generaciones presentes y futuras.
La autora es directora de la Fundación de Mar Viva.

