El poder de la información en la educación 4.0, base para la revolución educativa 4.0

Panamá se encuentra en un punto crucial para transformar su sistema educativo, y para hacerlo debe comenzar con la creación de una cultura de datos sólida. En el contexto de la Revolución Industrial 4.0, contar con información confiable y accesible es fundamental para integrar la inteligencia artificial (IA) en el sistema educativo. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe CEPAL enfatiza que, sin una cultura de datos que facilite la toma de decisiones fundamentadas, no es posible avanzar en el uso efectivo de tecnologías avanzadas como la IA.

Con ocasión de su cuadragésimo período de sesiones durante el mes de octubre de este año, la CEPAL plantea en su informe, que América Latina y el Caribe enfrentan tres trampas del desarrollo: una trampa de baja capacidad para crecer; una de alta desigualdad, baja movilidad social y débil cohesión social, y una tercera de bajas capacidades institucionales y débil gobernanza. Estas tres trampas son enormes obstáculos para construir un futuro más productivo, inclusivo y sostenible, por lo que no es exagerado afirmar que la región está pasando por una crisis de desarrollo.

El crecimiento económico de los países guarda una estrecha relación con la educación cuando se analizan los indicadores de resultados de aprendizaje de los estudiantes, una parte importante del déficit de crecimiento de América Latina y el Caribe se debe a su retraso, no en lo que respecta a la escolarización, sino a los resultados de aprendizaje. Adicional a lo planteado por la CEPAL, hemos entrado a la Revolución Industrial 4.0 que agudiza el impacto de dichas trampas por identificarse claramente como un factor de indudable determinación en el desarrollo de todos los países.

La IA ofrece enormes posibilidades para la educación, tanto para la gestión de política pública basada en datos como en personalizar el aprendizaje y facilitar el análisis en tiempo real del desempeño escolar. Sin embargo, sin una cultura de datos bien establecida, estas aplicaciones quedan en el ámbito de la teoría. La recopilación y gestión de datos educativos en Panamá permitiría no solo identificar áreas de mejora, sino también priorizar la inversión en tecnología e infraestructura educativa con base en evidencias concretas.

Este sistema de datos sería el motor que permitiría entender, por ejemplo, qué habilidades son más demandadas en el mercado laboral y qué áreas del currículo deben reforzarse. Países como Chile y Uruguay, que ya implementan IA en sus sistemas educativos, construyeron previamente una cultura de datos robusta, lo cual les permite tomar decisiones informadas y ajustar sus políticas en tiempo real.

Un sistema educativo fundamentado en la IA y en una cultura de datos bien consolidada no solo beneficia a las aulas, sino también a las políticas públicas. La inteligencia artificial permite a los responsables de la formulación de políticas analizar datos masivos, identificar tendencias y diseñar intervenciones educativas en áreas críticas, como la reducción de la deserción y la mejora del rendimiento en áreas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas).

Algunos países de la región ya han implementado esta capacidad en su toma de decisiones. Por ejemplo, en Colombia, el uso de sistemas de datos educativos ha permitido identificar en tiempo real las necesidades de infraestructura en áreas rurales y reasignar recursos de manera ágil. En un contexto donde Panamá busca mejorar sus índices de calidad educativa, un sistema de IA aplicado a la gestión de políticas públicas puede ser un diferenciador clave para adaptarse rápidamente a las demandas de un mercado laboral en constante cambio.

Para que Panamá avance en la Revolución 4.0, es esencial que desarrolle una cultura de datos que sirva como cimiento para la IA. Esto no solo facilitará el aprendizaje personalizado y las decisiones de política informadas, sino que también permitirá al país crear una educación más inclusiva, ética y adaptada a los desafíos del siglo XXI. Sin desarrollar este primer paso, la Revolución Industrial 4.0 será sólo una ilusión.

La implementación de IA en la educación no es solo una cuestión técnica; es una apuesta por el desarrollo humano. Si Panamá logra construir esta cultura de datos y capacitar a sus docentes, estudiantes y administradores para comprender y utilizar la IA, el país estará en condiciones de destacar la transformación educativa en la región. Esto, en última instancia, no solo potenciará el sistema educativo panameño, sino que posicionará a Panamá como un referente en innovación y equidad en educación en América Latina. Las cartas están sobre la mesa.

La autora es experta en educación superior, presidenta de Innkind y CEO de SénecaLab


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