La expresión “quemar las naves” se atribuye originalmente al conquistador Hernán Cortés, a su llegada a las costas mexicanas en su primera incursión para conquistar el imperio de Tenochtitlán. Justo al arribar a las riberas mexicanas, se encontró con un motín por parte de sus propios hombres, quienes fueron juzgados en consejo de guerra por sublevación. Posteriormente, para evitar futuras situaciones similares, el conquistador tomó la determinación de quemar las naves que lo habían transportado, lo cual dejó a sus hombres sin más opción que avanzar tierra adentro con el fin de cumplir el objetivo por el cual habían sido enviados por la Corona española.
En la conferencia habitual del jueves, el presidente de la República envió un mensaje claro respecto al tema de la Caja del Seguro Social y los acuerdos de entendimiento con los Estados Unidos: el gobierno ha quemado las naves y no hay vuelta atrás en estos asuntos.
En nuestra opinión, el presidente no puede cerrar las puertas a cualquier diálogo que pueda darse con los manifestantes, con el fin de escuchar sus reclamos y valorar la posibilidad de atenderlos, ahora que atravesamos una crisis social con serios impactos económicos y que ya comienza a cobrar sus primeras víctimas, como el posible cierre de grandes empresas en la región de Bocas del Toro.
Contrario a lo que han manifestado algunos voceros del gobierno, las protestas, lejos de disminuir, parecen intensificarse día tras día, producto de la incorporación de nuevos actores. Esto, a la larga, puede tener consecuencias nefastas para la economía nacional.
Consideramos que, más que quemar las naves, el presidente debió mantenerlas a flote, en un esfuerzo por encontrar una salida que permita preservar la gobernabilidad y mejorar su imagen ante la opinión pública.
Sostenemos que la reforma a la Ley de la Caja del Seguro Social era necesaria y que, si bien fue aprobada por la Asamblea Nacional, sancionada por el presidente y promulgada en Gaceta Oficial, no está escrita en piedra. Podría ser objeto de una reforma futura que incorpore recomendaciones técnicas y propuestas sensatas de los manifestantes, con el fin de garantizar la sostenibilidad financiera de la Caja del Seguro Social y asegurar las jubilaciones de los trabajadores.
A pesar de que el mandatario ha dicho ser una persona de carácter fuerte y sin tonos grises, también sabemos que es un líder inteligente. Por ello, debe evaluar con sensatez los reclamos ciudadanos, dando viabilidad a aquellas propuestas que realmente puedan contribuir a resolver la crisis de la seguridad social, y descartando aquellas que son meramente ideológicas o carentes de fundamento.
En este momento, no estamos en condiciones de quemar las naves. Al contrario, debemos mantenerlas a flote para conducirlas a buen puerto. Esa nave es, precisamente, el Estado panameño, del cual todos formamos parte.
El autor es abogado.

