Durante la construcción del Canal de Panamá por parte de Francia a finales del siglo XIX, la salud de los trabajadores fue una de las principales preocupaciones debido a las condiciones extremas en las que llevaban a cabo su labor. El clima tropical, las plagas de insectos y las enfermedades endémicas de la región, como la malaria y la fiebre amarilla, eran factores críticos, además de las condiciones de trabajo que propiciaban accidentes laborales.
En mayo de 1879, el Congreso Internacional de Geografía pidió a Ferdinand de Lesseps que liderara el proyecto de construcción del Canal Ístmico. De Lesseps contó con la colaboración de destacados profesionales en medicina, como los doctores Paul Baudile Jean Louis Companyo, Edward Carcenac y Frederick Pidoux, quienes aportaron su experiencia para garantizar la salud y bienestar de los trabajadores.
De Lesseps designó al Dr. Companyo para establecer el sistema de salud de la Compañía Universal del Canal Interoceánico de Panamá. Junto con su equipo, Companyo implementó una estructura jerárquica en la que el médico jefe y su adjunto estaban al frente. Se establecieron dos divisiones médicas principales: una en Colón, que abarcaba desde Colón hasta Gorgona, y la otra en Panamá, que iba desde Gorgona hasta la ciudad de Panamá. Cada división se subdividió en tres distritos médicos, con médicos distribuidos en cada distrito bajo la supervisión de inspectores médicos.

El impacto de las ambulancias en la construcción del Canal de Panamá
Companyo estableció la necesidad de ambulancias móviles y fijas, cuyo número variaba según la cantidad e importancia de las obras en construcción. La posición de las ambulancias se determinaba en función de la ubicación de los sitios de trabajo, su naturaleza y su importancia numérica. El sistema de salud se planificó de manera integral, considerando la ubicación y la naturaleza de los lugares de trabajo para garantizar una atención médica eficiente en todo el canal.
La decisión de utilizar ambulancias móviles se basó en la experiencia del Dr. Companyo en el campo de batalla durante su servicio militar en Argelia. Basándose en esta experiencia, sugirió la publicación de un boletín que sirviera como informe de actividades de los jefes de distrito y del servicio de ambulancias, demostrando su visión en la gestión de situaciones de emergencia.

Asimismo, resaltó la importancia estratégica del Ferrocarril de Panamá, ya que al conectarse con las obras y los centros poblacionales cercanos, facilitaría el acceso al sistema de salud. Este medio de transporte permitía el rápido traslado de pacientes y suministros médicos, agilizando la atención médica y asegurando la disponibilidad de recursos necesarios.
En las ambulancias, el personal médico utilizaba una variedad de suministros y equipos para atender a los pacientes enfermos y heridos, que incluían vendajes y aparatos para tratar fracturas y luxaciones. Cada institución médica contaba con una cantidad adecuada de estos recursos. Asimismo, era indispensable contar con camas especiales, camillas y otros dispositivos para el transporte cómodo de los pacientes. Estos dispositivos podían ser carruajes manuales, tirados por animales, e incluso asientos dobles montados en mulas, llamados “cacolets”.

El desarrollo del sistema de salud del Canal
Después de resolver el problema de los equipos e insumos de las ambulancias, se abordó el tema de la construcción de las mismas. La empresa elegida para llevar a cabo este proyecto propuso utilizar madera como material principal para la fabricación de las cabinas de las ambulancias móviles. Sin embargo, debido a las condiciones climáticas adversas del istmo, se decidió utilizar una lona resistente en su lugar. Esta decisión fue tomada por el Dr. Companyo, del Hospicio de Beaujon en Francia, quien había comprobado la eficacia de este material en ambulancias móviles en situaciones similares.
En 1881, el Dr. Companyo presentó la creación de un sistema de salud que incluía una brigada de emergencia para atender accidentes en los trabajos de construcción a lo largo del istmo de Panamá. Se estableció que habría ambulancias fijas ubicadas estratégicamente en diversos puntos. Para el 15 de noviembre estaban dispuestas cinco ambulancias en Gatún, Emperador, Culebra, Gamboa y Mamey. El Dr. Companyo fungía como jefe del servicio de salud, junto a los doctores Didier, Collas de Courval, Ramlow, Meurisse, H. de Meyrignac y Geary.

En 1884, la cantidad de ambulancias a lo largo de la línea de construcción se incrementó a 13, ubicadas estratégicamente en Gatún, Pedro Miguel, Culebra, Emperador, Las Cascadas, Bas Obispo, Tiger Hill, Matachín, Paraíso, Miraflores, Bohío Soldado, La Boca, Colón y Gamboa. Cada una de ellas contaba con personal médico, enfermeras y hermanas de la caridad para garantizar la atención médica oportuna a los trabajadores. El Dr. H. de Meyrignac fue designado para liderar el servicio de ambulancias en Colón y Gatún, demostrando así un fuerte compromiso con la salud y seguridad de los trabajadores de la época.
Hospitales y sanatorios: pilares del sistema de salud
Dentro de los planes de Companyo se encontraba la organización de un hospital que se inició con la construcción del Hospital Central de Panamá, también conocido como “Hospital del Cerro” o “Hospital de Notre Dame”. Este magnífico edificio se ubicaba cerca del Cerro Ancón, desde donde se podía disfrutar de una impresionante vista del océano Pacífico. El hospital contaba con los mejores instrumentos médico-quirúrgicos de ese entonces.

Asimismo, Companyo ordenó la construcción de un sanatorio más pequeño en la región atlántica, conocido como Hospital Colón. Este edificio descansaba sobre pilotes en las costas del Mar Caribe y tenía una capacidad menor de camas, pero desempeñaba un admirable papel como institución de apoyo al Hospital Central.
A pesar de los esfuerzos del Dr. Paul Companyo y del sistema de sanidad con las ambulancias fijas y móviles, hospitales y sanatorios en lugares estratégicos, las deficiencias en la prevención de enfermedades como la malaria y la fiebre amarilla, sumadas a problemas financieros, políticos y técnicos, contribuyeron al fracaso del intento francés de construir el Canal de Panamá. Esta situación llevaría al territorio a una grave crisis que desembocó en un conflicto bélico que causaría luto y dolor en el país.

El autor es licenciado en emergencias médicas, docente, escritor e investigador.

