Durante décadas, los diagnósticos sobre la crisis educativa en Panamá han sido abundantes y los compromisos para mejorarla, múltiples. Sin embargo, los resultados siguen sin materializarse. Hoy, una nueva iniciativa, el Think Tank por la Educación, ofrece un enfoque diferente: unir a todos los sectores de la sociedad para definir prioridades claras, promover soluciones concretas y dar seguimiento constante a los avances.
El Think Tank por la Educación no es solo un acuerdo de buenas intenciones ni un documento más que terminará archivado. Es un foro permanente donde estudiantes, padres, docentes, empresarios, académicos, gremios docentes y organizaciones de la sociedad civil convergen para monitorear, impulsar y apoyar el cambio educativo de manera continua.
Este consenso es el resultado de tiempo, escucha atenta y múltiples sesiones de trabajo en las que cada sector aportó su experiencia y visión sobre la educación. El primer gran logro ha sido la identificación de cinco áreas prioritarias para la transformación educativa: acceso equitativo, calidad de los aprendizajes, bienestar integral, gobernanza y gestión, y alianzas educativas. La educación no puede verse como problemas aislados; requiere soluciones integrales y sostenibles.
La diferencia clave entre este esfuerzo y otros radica en su carácter inclusivo y su vocación de continuidad. El Think Tank no impone una agenda, sino que construye un consenso basado en evidencia y en la participación de quienes viven y trabajan dentro y fuera del sistema educativo. Su estructura permite la incorporación progresiva de nuevos actores que compartan la causa genuina de mejorar la calidad educativa en el país.
El pasado 26 de febrero se llevó a cabo el lanzamiento público del Think Tank por la Educación, con la participación de la ministra de Educación y otras autoridades, quienes reconocieron el este esfuerzo colectivo y valoran el aporte de la iniciativa. Como miembros del Think Tank, conocemos la problemática educativa no solo por diagnóstico, sino por años de involucramiento en el tema. Sabemos que los problemas y las soluciones trascienden los períodos de gobierno y, por ello, es clave que sectores como los representados en el Think Tank se articulen para garantizar la sostenibilidad de las acciones necesarias.
Todos los que conformamos este espacio compartimos un mismo sueño: escuelas donde los niños y jóvenes puedan aprender y crecer en condiciones óptimas. Creemos firmemente que la calidad educativa debe ser una prioridad nacional y no un tema subordinado a ciclos políticos. Como representantes de la sociedad en su conjunto, nos comprometemos a trabajar para que este esfuerzo se traduzca en cambios reales en las aulas y en el futuro del país.
Sin embargo, el éxito de esta iniciativa depende del compromiso de todos. La participación ciudadana y el respaldo político deben ser constantes, y el monitoreo debe traducirse en acciones concretas. Un acuerdo sin impacto en las aulas no tiene sentido.
El Think Tank por la Educación puede marcar un antes y un después. Pero para lograrlo, cada ciudadano debe asumir su responsabilidad. No podemos delegar el futuro de nuestros niños y jóvenes ni quedarnos en la comodidad de la queja. La educación debe unirnos como país. No hay excusas: actuar es la única opción si realmente queremos transformar el presente y el futuro de Panamá.
La autora es directora ejecutiva de la Fundación para la Promoción de la Excelencia Educativa y miembro de La Gran Alianza Educativa.
