Ahora resulta que “el pelao” fue a tomar café en Boquete con el Gringuillo, tomó chicheme en Panamá Oeste, y en su periplo nacional, me imagino que tendrá que comer las rosquillas de La Arena, pan bon y one pot en Colón, y sao (saus) en El Chorrillo, donde la señora que los hace tiene mucha fama. No se puede quedar por fuera el “raspao” en el Parque Catedral y la carne en palito de los ambulantes. Debe estar en agenda la visita al Hipódromo Presidente Remón, para que el público le pueda dar una cordial “bienvenida”, tal como la del 20 de julio. Pero, siendo dos, los decibeles serían más altos.
“El pelao” es el brazo ejecutor para lograr que se cumpla el capricho del Desquiciado, según lo afirmó en las declaraciones que le valieron su designación y posterior confirmación. El acoso no cesa, y el jueves 17 de julio, un congresista envió una carta al ministro de Asuntos Marítimos en la que expresó su “alarma ante la influencia maligna del régimen chino en el canal y en el comercio mundial”, pues representa “un riesgo inaceptable para la seguridad nacional”. La verdadera causa pudiera ser la envidia o el terror que le tienen a China, un país que ha estado cimentando buenas relaciones en América Latina, mientras que el Desquiciado la desprecia, vociferando que “Latinoamérica nos necesita más a nosotros que nosotros a ellos”.
Para apuntarse un poroto, ese congresista elogió al Gringuillo por haber sacado a Panamá de la Ruta de la Seda a punta de garrote, pero el tiempo probará que fue una decisión equivocada. Estamos siendo manipulados por una voluntad impuesta, distanciándonos de los más de 20 países latinoamericanos que se han sumado al programa.
Pareciera que el tiro para apropiarse de los puertos de Balboa y Cristóbal tiene grandes probabilidades de salirle por la culata, porque está “congelado” por la insistencia china de que su naviera Cosco participe en partes iguales en la transacción portuaria. Visto desde otro prisma, es probable que los chinos sigan en Panamá, esta vez asociados con BlackRock y MSC. Esta transacción se ha convertido en un punto álgido en las relaciones entre ambos países, y pudiera ser que el status quo de los puertos panameños se mantenga por un buen tiempo.
Entonces, ¿qué estará esperando el Gringuillo para velar por los intereses de Panamá y aplicarle a CK Hutchison las medidas correctivas que correspondan para recuperar el daño patrimonial causado? Las sumas determinadas por la auditoría realizada por la Contraloría han sido cuantificadas en montos considerables. Sin embargo, seguimos viendo los toros desde la barrera, pues el Estado no ha tomado ninguna acción contra CK Hutchison para llamarlos a capítulo. ¿Será que están esperando la orden de Marco Fulo para poder actuar, por miedo a que les malogre la transacción fallida con BlackRock?
La Embajada de China emitió un comunicado al día siguiente de las declaraciones de ese congresista, rechazando el calificativo de “influencia maligna” por los señalamientos hechos por “el pelao” en relación con el canal y Panamá. El comunicado reitera: “El Canal es y seguirá siendo de Panamá”, por lo que podríamos entender que, de necesitarse, no sería el Chapulín Colorado quien nos defendería. También sostiene que “China ha respetado en todo momento la soberanía y neutralidad del Canal”.
Se nota la gran diferencia de actitudes: los gringos quieren lucrar del canal, pretendiendo utilizarlo libre de peajes, con paso expedito, e implementando ese mecanismo de “efecto neutro”, mediante el cual acumulan créditos ficticios que luego deben ser compensados por Panamá. No sería extraño que pretendan acumular suficientes créditos —por todos esos “servicios de protección” prestados por sus fuerzas militares acantonadas en la ribera— para luego exigir que se les entreguen las tierras del Fuerte Sherman como forma de pago.
¿Será que las mochilas donadas por “el pelao” y repartidas en Panamá Oeste sumarían a esos créditos sujetos a compensación por “efecto neutro”? Hay que recordar que la AID ya no existe —fue desbandada— y dudo mucho que los costos de esas mochilas hayan sido sufragados del peculio de quien las repartió.
El Gringuillo ha continuado con su metodología de manejar las relaciones con Gringolandia a su manera. No hay forma de que entienda que “ceder no proporciona ningún camino hacia adelante, solo lleva a un sendero sin salida”. Nos han estado arrinconando, hasta el punto de que ya hemos perdido nuestra libre determinación en muchos aspectos. Parece ignorar que tenemos a un zorro con piel de oveja, y le está abriendo la puerta del gallinero. Por más macho que pretenda ser, el miedo cambia a los gobernantes, y eso se demuestra con gritos y agresiones.
Muchos lo felicitan por sus actuaciones y algunos lo catalogan como dictador, pero más bien parece un aprendiz. El Mero Micho se sumará a la lista de reprobados, tal como esa cantidad de estudiantes que no pudieron asistir a clases debido a la falta de acción de un gobierno que dilató tomar las decisiones adecuadas para resolver el problema a tiempo.
El autor es ciudadano.
