Ese pedazo de papel titulado Memorándum de Entendimiento (MoU), cuyo mejor uso sería el de papel higiénico, no está haciendo otra cosa que servir de plataforma para que cualquier gringo lo interprete y nos traiga consecuencias que interfieran en nuestra soberanía.
El nuevo episodio empieza después de la conferencia del jueves 24 de abril, cuando el presidente Mulino externó, refiriéndose a contratos-ley de concesión suscritos en el año 2013, para la construcción de un puerto en Isla Margarita, Cristóbal, provincia de Colón, con Panama Colon Container Port (terminal de carga) y United Crown Construction Inc. (patio de contenedores). Dijo que: “Es un contrato mal otorgado, moroso en cuanto a los pagos de concesión, y no cuenta con el beneplácito de mi gobierno. Se convocará nuevamente a una licitación internacional, como corresponde”.
Esta es, o debería ser, una decisión soberana donde ningún otro país tiene absolutamente nada que decir y solamente respetarla. Pero como suscribimos el nefasto MoU, le abrimos las puertas a cualquier perico de los palotes gringo para que saque a relucir el tema de los chinos y la seguridad, proyectándose ante el Desquiciado.
El viernes 25 de abril, o sea, al día siguiente de la conferencia de prensa, nada menos que un congresista republicano del estado de Florida, copartidario y vecino estatal del afamado Marco Fulo, sacó a relucir nuevamente la amenaza de los chinos, no solo en Panamá, sino en todo el hemisferio americano. El bochinche surge a raíz de lo externado por el presidente Mulino de que Panamá no va a seguir impulsando el proyecto de un puerto en Isla Margarita, Colón.
Este congresista, nacido en Cuba e inmigrante a temprana edad, en realidad no es cualquier perico pintado en la pared, sino que es miembro de varios comités en el Congreso, tales como el Comité de Competencia Estratégica entre Estados Unidos y el Partido Comunista Chino, el de Servicios Armados y el de Homeland Security. Parece ser de carácter agresivo y, en entrevista televisiva, expresó: “El régimen de Castro está al borde del abismo, y el presidente Trump debería echarlo al abismo. Están en su último aliento; asegurémonos de no darles más oxígeno. Necesitamos que Cuba pase de ser un enemigo y una base para Rusia y China a un amigo”.
¡La política trumpista del garrote en todo su apogeo y ahora metiéndose con Panamá! Claro, sin olvidar anexar Canadá, Groenlandia, someter a Ucrania para apropiarse de todas las tierras exóticas que necesitan y no tienen, y ya le están poniendo el ojo a Cuba.
En el año 2021, la junta directiva de la AMP, como resultado de una auditoría realizada por la Contraloría, declaró el incumplimiento del contrato, ordenando al director de turno, Noriel Arauz, a dar por terminado el contrato, orden que no se cumplió. En ese entonces, la obra tenía tres años de estar detenida y con un pequeño porcentaje de ejecución. En abril de 2022, ese mismo director Arauz que ignoró el mandato de la junta directiva de dar por terminado el contrato, recibió comunicación de que el fondo de inversiones Notarc Management Group había adquirido las acciones de PCCP, o sea, el que supuestamente construiría el puerto.
Aquí viene la coincidencia: ¡Notarc tiene como socio a Terminal Investment Limited (TIL), que es afiliada de Mediterranean Shipping Company (MSC)!
¿Recuerdan ustedes que, en transacción todavía no consumada, TIL estaba también arropada bajo el manto de BlackRock para la compra de los puertos de Balboa y Cristóbal? O sea que, si todo esto llegase a concretarse, MSC quedaría como inversionista y operador de los puertos de Cristóbal e Isla Margarita en el Atlántico y Balboa en el Pacífico. Tentáculos bien extendidos.
Además del Desquiciado, ya tenemos al Secretario de Defensa, al Secretario de Estado y a este congresista totalmente alineados en contra de Panamá, y si a esto le agregamos al “pelao” designado como embajador de Estados Unidos en Panamá, de verdad necesitamos verdaderos guerreros que enfrenten a los gringos. Definitivamente, los del cartel de Buneau Varilla no están a la altura de los contrincantes al otro lado del tinglado.
Hasta ahora, lo único que hemos sabido es “decir que sí a todo”, sin rebatir ni negociar lo que han propuesto, adoptando la actitud de serviles sin agallas. El panorama futuro de intervencionismo que se presenta es el de una soberanía lesionada, donde Panamá solamente podrá hacer lo que le permitan o estén de acuerdo los gringos. El mandato reciente del Desquiciado al Marco Fulo es que el Canal de Panamá le garantice tránsito gratuito a los barcos comerciales de Estados Unidos.
¿Será que tendremos un despertar y el Gringuillo se envalentona y regrese a ser el Mero Micho que se proyectaba al inicio de su mandato? El nefasto MoU puede ser terminado unilateralmente por la República de Panamá notificando a Estados Unidos con seis meses de antelación, según se indica en el numeral 19: “Cualquiera de los Participantes podrá dar por terminado el presente Memorando en cualquier momento al notificar por escrito al otro Participante su intención de concluirlo con seis (6) meses de antelación”.
¿Será que el 3 de mayo se atreve a enviar la notificación escrita a Estados Unidos, con seis meses de antelación, dando por terminado el MoU tal como establece dicho documento? La fecha de terminación sería el 3 de noviembre, fecha en que nació la República en 1903 tras la separación de Colombia, y ahora sería la reivindicación de traiciones recientes, la reafirmación de nuestra soberanía y la independencia de la intervención gringa.
El autor es ciudadano.

