El vicepresidente de la República se ha ido a Nueva York a representar al país en la 77 Asamblea General de Naciones Unidas y está previsto que pronuncie un discurso hoy, jueves. Si bien en algunos casos esas comparecencias pueden parecer frívolas, los panameños nos merecemos saber por qué un discurso que es costumbre que lo dé el presidente de la República, lo va a pronunciar el vicepresidente. Lo que es peor, la Presidencia no ha informado qué impide a Cortizo atender personalmente este compromiso; tampoco había anunciado cuándo se iba la delegación ni quiénes la integran. ¿Cuándo pensaban comunicar eso? ¿O es que nos enteraríamos cuando viéramos a Carrizo en CNN o por un comunicado después de que diera su discurso? Es sorprendente lo poco que parece importarle al gobierno la transparencia, pues es obvio que estos son asuntos de interés que deben comunicarse oportunamente. Pero nada trasciende; es como si los funcionarios no entendieran el deber de informar de lo que hacen o dejan de hacer. El vicepresidente es un fanático del auto bombo y de publicar su imagen en redes e informes de gestión, pero es incapaz de dar la cara cuando toca rendir cuentas. Al final, la culpa es de Cortizo. Su respeto por los demás es inexistente.
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22 sep 2022 - 05:03 AM