El PRD ha hecho una jugada que demuestra que la institucionalidad del partido ha quedado relegada a la voluntad de un individuo que, dicho sea de paso, es poco confiable desde todo punto de vista. El presidente del partido gobernante ha recibido autorización para negociar las curules con otros colectivos o personas del partido que serán elegidas de a dedo. Recordemos que casi la mitad de las curules fueron reservadas porque serían objeto de negociaciones en caso de alianzas. Fue así que el partido se privó de hacer elecciones completas en este –y otros– cargos de elección popular, pero, al final, una sola persona será la que decida quién puede correr en cada circuito. ¿Lo hará con la anuencia del candidato presidencial de su partido? Esta pregunta nos lleva a hacernos otra, pero de otro tema: ¿El candidato a vicepresidente de la República del PRD fue una elección o fue una imposición? Y la pregunta surge, precisamente, porque el PRD no parece responder a la voluntad de sus bases, sino a la del impresentable político que se lo ha apropiado para que responda únicamente a él. Y es así como su líder de hecho ha pasado a ser el “hombre fuerte” del PRD, o quizás, “el nuevo hombre fuerte de Panamá”.
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Hoy por Hoy
19 sep 2023 - 05:01 AM