El hasta hoy presidente electo, José Raúl Mulino, enfrenta una montaña de desafíos. No solo hereda una carga colosal de problemas pendientes, sino que también deberá lidiar con la feroz resistencia de sectores de la sociedad. A esto se suma el preocupante panorama de sus propios copartidarios, muchos de los cuales están envueltos en escándalos legales y buscarán soluciones por vías alternas –nada ortodoxas–, ya ampliamente conocidas. Uno de sus mayores desafíos será manejar con tolerancia a los opositores, sin apartarse del Estado de derecho ni de los derechos humanos, incluyendo la indispensable libertad de expresión para todos los ciudadanos del país. Sería catastrófico que intentara torcer la justicia para usarla como un arma de vendetta, como pretenden algunos de sus colegas, dados sus problemas legales notorios. Como abogado, el presidente tiene pleno conocimiento de que política y justicia no deben mezclarse, aunque esto haya ocurrido en el pasado. Romper con ese vergonzoso ejemplo definirá en gran medida su legado como líder del país. Aplaudimos su compromiso de respetar la ley, pero todos compartimos la responsabilidad de asegurarnos de que cumpla esta promesa, al menos durante su mandato.
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Hoy por Hoy
01 jul 2024 - 05:02 AM
