La escena de ayer fue reveladora: el ministro de Economía y Finanzas, Felipe Chapman, sustentó solo el presupuesto general del Estado de 2026 ante la Comisión de Presupuesto de la Asamblea Nacional. Habló de reducir el déficit al 3.4% del PIB y de alcanzar un superávit primario, metas que apuntan a devolver credibilidad a las finanzas públicas. Ese mismo día, el presidente de la Asamblea, Jorge Herrera, tuvo que retirar su propuesta de quintuplicar las dietas de la junta directiva de la Autoridad de Descentralización, tras la denuncia periodística de este medio que expuso el despropósito. Se frenó un exceso, pero la mentalidad de privilegios sigue intacta. Lo cierto es que los tres poderes parecen actuar en “armoniosa desconexión” cuando se trata de dinero: la Asamblea con aumentos sin respaldo, la Corte con nombramientos vitalicisos disfrazados de jubilación y un Gabinete centrífugo, donde -con contadas excepciones- cada ministro jala para su lado. Mientras tanto, la disciplina fiscal queda en manos de un par de voces aisladas. Sin un pacto real de responsabilidad, el país seguirá gastando más de lo que puede, y los sacrificios siempre caerán sobre los ciudadanos.
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Hoy por hoy: Armoniosa desconexión
21 ago 2025 - 05:00 AM