La escasez de agua potable en Capira, Chame y muchas otras regiones del país no es casualidad: es el resultado directo de años de improvisación y clientelismo disfrazado de solución. Administraciones pasadas abusaron del uso de camiones cisterna como parche permanente, sin controles, sin contratos refrendados, muchas veces vinculados a diputados que convirtieron la necesidad en botín político. El actual director del Idaan heredó una deuda de más de 50 millones de dólares en compromisos relacionados con estos servicios, muchos sin respaldo presupuestario ni sustento legal. Pero a punto de cumplirse un año de esta administración en el Idaan, ya no basta con denunciar lo recibido: es hora de presentar soluciones concretas y sostenibles. Usaron la sed de la gente para alimentar sus redes de favores. Hoy, quienes hacen largas filas con recipientes vacíos no necesitan más excusas ni licitaciones desiertas: necesitan agua saliendo del grifo, todos los días, a cualquier hora. Convertir ese derecho en realidad debe ser una urgencia nacional.
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Hoy por Hoy: Herencias secas y promesas vacías
27 jul 2025 - 05:59 AM

