Justicia tardía no es justicia. Aunque sabemos que los tiempos de los medios no son los de los tribunales, los prolongados plazos de los procesos civiles y penales resultan inaceptables para una sociedad que exige respuestas claras frente a la corrupción y el crimen organizado. El señalamiento del contralor al procurador para que agilice las investigaciones no es nuevo. En la administración pasada, era el Ministerio Público el que apuntaba a la Contraloría por la falta de auditorías clave. El resultado es el mismo: los procesos se retrasan, los delitos prescriben y los corruptos se reciclan en el poder. La operación Fisher, por ejemplo, tras años de investigación, verá juicio en 2027. ¿Dónde queda el derecho de las víctimas? ¿Dónde está el mensaje disuasorio a las redes criminales? No podemos seguir aceptando este letargo institucional. Todos los actores del sistema de justicia —jueces, fiscales, auditores y policías— tienen que ponerse las pilas. La ciudadanía no puede esperar indefinidamente. Porque cuando la justicia llega tarde, deja de ser justicia.
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Hoy por Hoy: Justicia estancada
14 jun 2025 - 05:00 AM