En un país donde la educación sigue siendo la única vía real para romper el ciclo de la pobreza, lo ocurrido en el Ifarhu no es un simple caso de corrupción más. Es una traición al futuro de miles de jóvenes que, con talento y esfuerzo, buscan una oportunidad para salir adelante. Durante años exigimos sin éxito que se publicaran los beneficiarios de auxilios y becas. Cuando finalmente logramos acceso a la información, lo que descubrimos fue indignante: personas allegadas al poder, con medios de sobra y sin méritos académicos evidentes, recibiendo sumas millonarias para estudiar carreras sin mayor rigor. La actual administración del Ifarhu ha dado un paso importante al presentar una querella penal contra su exdirector. Pero este no fue un delito de un solo hombre. La desfachatez, la opacidad y el abuso sistemático de los fondos públicos deben ser investigados hasta el fondo por el Ministerio Público. Porque lo que está en juego no es solo dinero malgastado: es la esperanza de un país más justo. Y eso, sencillamente, no se perdona.
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Hoy por hoy: La herida que dejó el escándalo del Ifarhu
19 jul 2025 - 05:04 AM
