El asilo político otorgado al expresidente Ricardo Martinelli por el régimen de Daniel Ortega coloca a Panamá en una posición diplomática complicada. Mientras el presidente José Raúl Mulino asegura en medios internacionales que su gobierno respeta el derecho al asilo y que no intervendrá en ese proceso, las acciones de Martinelli desde la embajada de Nicaragua en Panamá revelan un desafío a la diplomacia panameña. La pasividad en la toma de decisiones frente a un personaje que continúa interfiriendo políticamente desde suelo diplomático contrasta con la supuesta neutralidad del gobierno. Esta situación subraya las dificultades de manejar relaciones con un régimen que ha sido condenado internacionalmente por violaciones sistemáticas de los derechos humanos. No se trata solo de un problema de política exterior; es un espejo que obliga a los gobiernos de la región a enfrentar los riesgos de ser complacientes con regímenes autoritarios, poniendo en juego su compromiso con la defensa de los valores democráticos.
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Hoy por hoy: La sombra de Daniel Ortega en Panamá
22 sep 2024 - 05:05 AM
