El reciente informe de la Organización Mundial de Aduanas vuelve a colocar a Panamá bajo un reflector incómodo: somos un eslabón crítico en la ruta del narcotráfico que mueve toneladas de cocaína hacia Europa y Rusia. La geografía y el rol logístico del país nos convierten en objetivo natural, pero la vulnerabilidad principal no está en la infraestructura, sino en los “conspiradores internos”: empleados y funcionarios dispuestos a corromperse para facilitar el tránsito de la droga. Las incautaciones en 2024, superiores a las 21 toneladas, muestran tanto la magnitud del problema como la sofisticación de las mafias, que emplean métodos como el “gancho ciego”, boyas, bultos impermeables o falsos compartimentos. Ante esta amenaza, el discurso presidencial y las reuniones de coordinación en Colón son pasos necesarios, pero insuficientes. El país requiere una política de Estado sostenida, con controles independientes, sanciones ejemplares y cooperación internacional. De lo contrario, la reputación de Panamá como hub seguro quedará comprometida, con un costo incalculable para nuestra economía y nuestra soberanía.
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Hoy por hoy: Nuestro hub logístico bajo amenaza
02 sep 2025 - 05:00 AM
