La discusión sobre la transparencia en la Asamblea Nacional vuelve a exponer el verdadero costo del aparato legislativo. No se trata de un trámite administrativo ni de tecnicismos legales, sino del uso de recursos públicos en un país que enfrenta serias limitaciones fiscales. Las planillas, los traslados de partidas y la estructura de personal consumen millones que deben justificarse con claridad, evidencia y acceso ciudadano. Los tres reclamos que ahora llegan a la Corte Suprema de Justicia confirman la renuencia del Legislativo a cumplir estándares mínimos de información pública. ¿Cuántos funcionarios trabajan realmente? ¿Cuántos ocupan cargos creados por compromisos territoriales y no por necesidades institucionales? ¿Cuánto cuesta sostener una estructura cuyo funcionamiento permanece en sombras? Sin transparencia, la ciudadanía no puede saber si ese gasto fortalece la labor legislativa o alimenta redes clientelistas. En tiempos de disciplina fiscal, la opacidad deja de ser una falla administrativa para convertirse en un riesgo directo para el erario nacional.
Exclusivo Suscriptores
Hoy por hoy: Planillas sin luz, gasto sin control
28 nov 2025 - 05:00 AM
