El Foro Empleo 2025, organizado por La Prensa, ha dejado una verdad imposible de ignorar: la crisis laboral panameña no es coyuntural, sino estructural. A pesar de algunos indicadores macroeconómicos positivos, como la salida de listas grises o la mejora en la calificación de riesgo, el país ha sido incapaz de traducir ese crecimiento en empleos formales y sostenibles.
Entre 2019 y 2024, Panamá perdió más de 44 mil empleos formales en el sector privado. En contraste, el número de funcionarios e informales siguió creciendo. La brecha se acentúa en los jóvenes: hoy tienen menos oportunidades, peores salarios y mayor incertidumbre que hace una década.
Y el país no puede aspirar a estabilidad social ni a sostenibilidad fiscal sin empleo digno ni nuevos cotizantes. Expertos, empresarios y autoridades coinciden en el diagnóstico: sin reglas claras, inversión privada ni formación técnica, no habrá recuperación real. Ya no basta con llamar al diálogo. Se necesita voluntad política, sentido de urgencia y un compromiso genuino con el futuro de los panameños.

