Hoy celebramos 121 años desde que Panamá decidió forjar su propio camino y poner fin a una relación compleja con Colombia. No fue una separación ligera, sino una respuesta a décadas de desafíos y conflictos, desde la Guerra de los Mil Días hasta los intentos fallidos de unirse plenamente a otros proyectos republicanos.
El 3 de noviembre de 1903 marcó la culminación de un anhelo latente de libertad, impulsado tanto por la intervención estadounidense como por la valentía de hombres y mujeres panameños que anhelaban un futuro propio. Más de cinco mil vidas perdidas en la Guerra de los Mil Días fueron el precio pagado por esta independencia, recordándonos que la libertad nunca llega sin sacrificios.
Hoy, como cada noviembre, vemos a jóvenes desfilando con orgullo, muchos sin comprender las complejidades que dieron forma a su patria. Este desconocimiento no es su culpa, sino una deuda pendiente de nuestro sistema educativo. Que esta fecha nos inspire a profundizar en nuestra historia, a educar con verdad y a construir una identidad basada en el conocimiento y el respeto por aquellos que lucharon por la patria que hoy celebramos.
