El doctor Alberto Osorio Osorio, filósofo, historiador e investigador judío-panameño, publicó hace algunos años un interesante y bien documentado ensayo titulado Los judíos en la Separación de Panamá de Colombia-1903. La monografía viene a documentar un hecho muy poco conocido: el aporte de los judíos sefarditas en la emancipación del istmo, sobre todo en la etapa que antecedió a la proclama de la naciente república.
La saga se inicia con una descripción de los motivos circunstanciales que enmarcan el origen de la gesta separatista. Cuando hubo certeza de que Estados Unidos se decantó, en octubre de 1903, por la alternativa de Panamá para la construcción de un canal interoceánico, los istmeños sintieron que era el momento de gestar la separación de Colombia. Es así como figuras prominentes del territorio se organizaron secretamente para urdir este plan. La junta revolucionaria se valió del aporte de los judíos en Panamá y Estados Unidos como veremos.
A fines de agosto de 1903 uno de los cabecillas del movimiento, el doctor Manuel Amador Guerrero, se embarcó hacia Nueva York con el fin de conseguir armas y financiamiento para la revolución. Así, recurrió al Banco Piza Lindo & Company. Uno de los socios del banco era el judío sefardita Joshua Lindo, con familiares y conocidos en Panamá, quien simpatizó con la causa y apoyó económicamente al panameño. A su regreso a Panamá, Lindo actuó como su agente en Nueva York.
A pocos días de la proclama separatista, María Ossa de Amador, encargada de la confección de la bandera, compró uno de los paños en el almacén La Dalia, propiedad del judío Moisés David Cardoze, futuro alcalde de la ciudad.
Mientras que en Panamá iba tomando forma la inminente separación, se filtraron hasta Colombia noticias de la conjura secesionista, por lo cual Bogotá ordenó con urgencia la partida de un navío con 200 efectivos militares, que desembarcaron en Colón con la misión de sofocar el levantamiento. La tropa del Batallón Tiradores estaba al mando de los generales Juan B. Tovar y Ramón Amaya. Ante esta amenazante situación, el judío francés Félix Ehrman, vicecónsul de Estados Unidos en Panamá, logró convencer al coronel James R. Shaler, superintendente general, que impidiera el traslado de la tropa colombiana por el ferrocarril a la ciudad de Panamá, con excepción de los generales Amaya y Tovar, quienes iban a inspeccionar los cuarteles que sofocarían la rebelión. A su llegada a la ciudad, el propio Ehrman condujo a los militares ante el coronel Esteban Huertas, quien ordenó el arresto de los generales.
Cuando se supo en Colón del arresto de sus jefes, y también desmoralizados por el atraso en el pago de sus salarios, los soldados colombianos se hicieron presa de la ansiedad y la depresión. Es aquí donde los judíos Isaac Levy Toledano y su primo Michael De León, junto con Porfirio Meléndez, reunieron 8 mil pesos oro americanos, que fueron usados para pagar a los soldados colombianos sus salarios adeudados. Así se embarcaron satisfechos hacia Barranquilla.
Ya consumada la separación de Colombia, los judíos Isaac Brandon y Félix Ehrman, y además la firma Piza Nephews, prestaron a la recién instalada Junta de Gobierno el dinero para sufragar los primeros compromisos económicos del recién instalado gobierno de la República de Panamá.
Con este ensayo, gracias al trabajo investigativo del doctor Osorio, queda consignada la participación valiente y solidaria de los judíos radicados en Panamá y Estados Unidos, quienes a riesgo de su seguridad, prestigio y fortunas, jugaron un papel decisivo en los sucesos que devendrían en el nacimiento de nuestra querida patria, Panamá.
El autor es médico
