La migración irregular y la seguridad ciudadana



La migración irregular ha desbordado la capacidad de atención que el Estado panameño siempre le ha dado a este problema, haciéndolo insostenible cuando se conjugan múltiples factores que hacen difícil poner un control a este problema social, que requiere una cooperación multilateral.

La cooperación multilateral es una excepción cuando existe una resistencia muy visible de los Estados a regular en común acuerdo las cuestiones migratorias a pesar de ser un fenómeno que afecta a todos los Estados ya sea los de origen, tránsito y destino final de las migraciones, que en este caso es Estados Unidos.

Mientras la Organización Internacional de Migración (OIM) solo sea una organización asociada a Naciones Unidas, los problemas serán abordados de forma parcial. Por lo anterior, se hace indispensable, por este problema que tiene una connotación global, la creación de un grupo institucional de alto nivel formado por aquellos organismos cuya labor estuviese vinculada, de cualquier manera, con la gestión del fenómeno migratorio (Pérez González, Carmen, Migraciones irregulares y derecho internacional).

Hare mi análisis sobre los delitos asociados a la migración irregular como lo son tráfico humano, trata, falsificación de documentos, abuso sexual y robos, entre otros delitos, que le generan mucho dinero a las organizaciones criminales que han visto una oportunidad para hacer negocio sin que se les ponga un freno a estas actividades ilícitas, aunque es cierto que la vulnerabilidad de los migrantes está asociada a su condición irregular, lo que los hace más fácilmente víctimas del engaño, la presión y la coerción. (Luis Herrera-Lasso y Juan B. Artola, Migración y seguridad: dilemas e interrogantes).

Es importante abordar este análisis identificando en que ámbito de la seguridad aplica para delimitar apropiadamente el lugar que ocupa la migración irregular que estamos actualmente padeciendo en el Tapón de Darién, que es una jungla, no un camino. Sobre la seguridad internacional, la seguridad nacional, la seguridad fronteriza, la seguridad regional, la seguridad pública y la seguridad ciudadana, consideramos dos a valorar: la seguridad ciudadana y la seguridad fronteriza.

En los flujos migratorios viene de todo. A pesar del incremento exponencial de las organizaciones criminales asociadas con la migración indocumentada, lo que sin duda representa un tema de seguridad pública, la mayoría de los migrantes huye de sus países por razones económicas. También vienen criminales y terroristas, que ven la oportunidad para mezclarse y pasar desapercibidos como lobos solitarios.

El enfoque de la seguridad fronteriza de Estados Unidos, que lo ve como una amenaza a su seguridad nacional, por razones históricas, no es igual al caso de nuestros países. Siendo países de tránsito, los riesgos recaen más en los propios migrantes cuando, por ejemplo, los niños y niñas corren un mayor riesgo de sufrir violencias, estigma y privaciones.

Lo particular de esta migración masiva no es el hecho de querer asentarse en Panamá, sino continuar con su andar hacia Estados Unidos, siendo nuestro país, como el resto de Centroamérica y México, sitios de paso.

La vulnerabilidad de estos migrantes es altísima, por lo que la seguridad fronteriza no solo debe velar para que no sean explotados, sino también identificar y capturar a aquellos que, dentro de nuestro territorio, se aprovechan de esas debilidades. Son objeto de tráfico humano, porque tienen que pagar a coyotes para que los guíen hasta el límite fronterizo de Panamá y costos por el traslado en botes hasta el sitio más cercano al punto de inicio de acceso al Tapón de Darién. Agregue costos de otros servicios, lo que ha originado una actividad económica no solo en Colombia, sino también en Panamá.Hay que pagar haciendo pequeños trabajos para generar ingreso que permitan la movilidad hasta la frontera México-Estados Unidos. Para las mujeres está el riesgo de prostituirse para lograr los fondos necesarios para continuar su viaje. Un perverso negocio a todas luces.

Para concluir, es un tema muy complejo, que ha escalado de ser un problema humanitario hasta ser un problema difícil de sostener por los costos económicos, sociales, ambientales, de seguridad y otros que no pueden dejarse pasar desapercibidos.

El autor es licenciado en relaciones internacionales


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