Es muy importante que todos los diputados estén presentes ese 1 de julio, por razón de nombramientos que le toca hacer a la asamblea en este, su primer periodo de sesiones en este quinquenio 2024-2029. En primer lugar, deben elegir al secretario general y subsecretario.
La importancia de este cargo es que su nombramiento abarca los cinco años del quinquenio constitucional. Y su labor tiene mucho que ver con el concepto tan necesario, de la transparencia corporativa y administrativa que debe ejercer tanto la junta directiva como la propia plenaria.
Cosas tan simples como preparar documentación, dar lectura a documentos, firmar actas, leyes y resoluciones o dar seguimiento a lo que se apruebe o esté pendiente de discusión, entre otras responsabilidades, es vital para que todo fluya dentro del procedimiento parlamentario y legal, cosa que no sucede hace años. Siendo, además, un funcionario independiente que se debe al órgano legislativo y no a quien lo presida.
En segundo lugar, este 1 de julio con la primera directiva que se elija, se define el camino institucional del órgano ejecutivo. En los últimos tres periodos presidenciales Cortizo se arrodilló a sus diputados, Varela los complació y el asilado los compró. Convirtiéndose la asamblea en un mercado persa, que obtuvo canonjías, dádivas, cargos, planillas y toda clase de óbolos a costa de los fondos públicos, para generar divisas hacia los bolsillos de algunos diputados con el popular “cash back”.
Solo este quinquenio que termina gastó $1,000 millones del presupuesto del Estado. Este año se da la peculiaridad que un presidente electo se aleja de su propio partido y decide hacer nombramientos positivos en beneficio del país. Lo cual, generó la reacción del calificado “amigo fiel” en presidir el parlamento, lo que hubiera sido un contrasentido a lo decidido aquel 5 de mayo por el pueblo panameño. Porque lejos de la institucionalidad democrática, se buscaba ayudar a la persona asilada en la Embajada de Nicaragua. Y al dominar la asamblea una junta directiva afín al asilado, se pretendía presionar políticamente desde el primer órgano del Estado, a quien parece estar decidido a gobernar en positivo desde la presidencia de la república.
En tercer lugar, este primer año la asamblea escoge al contralor y al subcontralor general de la república, funcionarios cuyo período aborda los cinco años del quinquenio presidencial; como también le tocará ratificar a quienes sean nombrados como Procurador General de la Nación y Procurador de la Administración, por parte del Consejo de Gabinete, funcionarios nombrados por diez años.
Por consiguiente, el nombramiento de la junta directiva del parlamento panameño, para el período 2024-2025, es posiblemente, la elección parlamentaria interna más importante en estos cinco años.
Creo que Moca y Vamos irán juntos en esta aventura parlamentaria electoral interna, con un diputado de Vamos como candidato a presidente, lo cual sumaría una insuficiente cantidad de 23 diputados, frente a la necesidad de 36 como mayoría para ganar la elección.
El Partido Popular, con 2 diputados no inscritos (una independiente y otro expanameñista), pudiera ser parte de esta alianza legislativa, en compañía de los 8 nuevos parlamentarios del panameñismo.
Y es que el nuevo giro que tomó la elección del 5 de mayo les exige a estos 10 diputados entender el mensaje. Pero todavía la suma de 33 votos no les permite ganar la directiva parlamentaria.
Respecto a los 14 diputados de RM, 2 de Alianza y 1 del Molirena, probablemente irán con el candidato que reemplaza al “amigo fiel”. ¿Y el PRD? Si bien de 30 diputados que tiene hasta el 30 de junio, solo sacaron 13, de éstos 9 son reelectos y todos ellos son parte de la peor estofa.
Porque les importa un comino su partido y menos el país, por lo que votarán con quienes se aliaron en varias circunscripciones en las pasadas elecciones, a saber, con RM, aumentado el lado oscuro a 30 votos.
Por consiguiente, la decisión final por la presidencia de la asamblea estaría en el CD y sus 8 diputados. Suponiendo que Vamos y Moca obtengan el apoyo del PP y del panameñismo, que sumarían 33 votos, necesitarían 3 votos del CD para hacer mayoría y ganar la presidencia de la asamblea nacional.
¿Será posible? En mi humilde opinión serían 3 diputados que no hubiesen estado en la asamblea antes. No como un par de la región de Azuero, que se han caracterizado por su continuo transfuguismo, u otros que forman parte de la política tradicional. Distinta es la posición del diputado CD de Capira.
Contrario al grupo de la diputada inmobiliaria (quien no buscó la reelección), éste ha dicho que apoyaría a la bancada independiente. De ser así, los independientes (el grupo de los Jedi) sumarían 34 votos, faltando 5 diputados por decidir y asumiendo que la bancada CD dividirá el voto.
Pero nuevamente, si el CD toma nota de los porcentajes sacados por el criterio independiente, tanto a nivel de gobiernos locales como a nivel presidencial (aquí me refiero al 25% obtenido por Moca sin contar quienes prefirieron votar por otros candidatos porque este voto independiente se dividió, y no por los 3 falsos profetas de la libre postulación que no llegaron juntos ni al 10%), entonces el CD debe votar unánimemente en contra de la política tradicional.
Para que sea un independiente de la coalición Vamos (la más grande de la Asamblea) quien logre la presidencia del parlamento panameño; y la gobernabilidad obtenga el balance que se requiere con el buen manejo de la institucionalidad democrática.
El autor es abogado y miembro de MOCA.
