Años atrás, en mi primera clase de salud pública, el profesor —un reconocido médico y salubrista en Estados Unidos— nos mostró recortes de periódicos (entonces aún leíamos medios impresos). Asombrados, nos pidió leer los titulares: accidente de bus escolar, uso de cascos por ciclistas, cinturones de seguridad, calentamiento global, muertes maternas, protección en construcciones… y concluyó: “¡la salud pública está en todas partes!” Nunca olvidaré esa frase.
Por definición, la salud pública es la ciencia y el arte de prevenir enfermedades, prolongar la vida y promover la salud mediante el esfuerzo organizado de la sociedad, buscando bienestar y calidad de vida. Abarca promover estilos de vida saludables, nutrición, prevención de enfermedades, protección del ambiente y de la salud animal, seguridad de trabajadores de aseo y construcción. Al hacerlo por el bien común, asumimos responsabilidad sobre nuestra propia salud. Contrario a la percepción habitual, la salud pública no se limita al acceso a medicamentos, tratamientos y hospitales.
El concepto de Una Salud (One Health) integra salud ambiental, animal y humana como dimensiones interconectadas. Por ejemplo, el calentamiento global y el uso descontrolado de pesticidas han provocado la desaparición de ciertos anfibios, reduciendo el consumo natural de mosquitos. Esto incrementa los casos de malaria en regiones donde ya había sido eliminada. Cuidar el ambiente y la salud de los animales es esencial para mantenernos sanos.
La salud pública suele dividirse en salud ambiental y comunitaria, promoción de la salud, bioestadística y epidemiología —el diagnóstico del estado de salud de la población—, bajo un paraguas que integra disciplinas como medicina, biología, química y ciencias sociales. Puede parecer incongruente pensar que las emisiones de los autos, el uso de cascos en la construcción, los guantes del personal de aseo, la supervivencia de las ranas o el mantenimiento de parques barriales forman parte de la salud pública. Pero sí lo son.
Trabajemos juntos para mantener nuestro entorno y nuestros animales saludables, prevenir enfermedades y construir una sociedad más productiva y eficiente. ¡La salud pública está en todas partes!
La autora es investigadora en salud pública, docente en la Universidad de South Florida e integrante de Ciencia en Panamá.

