El gobierno, enfrentando los principales problemas que impiden que la ciudad de Panamá logre situarse entre las principales ciudades turísticas y sostenibles de América Latina y del mundo, insiste en ejecutar licitaciones para concesionar las actividades de recolección, transporte y disposición de los residuos que se generan en el distrito de Panamá, una iniciativa gubernamental digna de aplaudir. Sin embargo, la manera como se pretende llevar a cabo esta actividad es lamentable. La entidad encargada de regular o realizar la gestión de residuos, la Autoridad de Aseo Urbano y Domiciliario de Panamá (AAUD), carece de la capacidad para perfeccionar una solución a este problema. Los números no mienten: la AAUD ha demostrado su incompetencia durante más de una década de gestión desastrosa.
Crisis financiera permanente: mantiene una morosidad del 50% de sus clientes (122,394 usuarios morosos), con deudas que ascienden a B/.113.6 millones.
Deudas a contratistas: las empresas acumulan millones en pagos pendientes, como los B/.3.2 millones adeudados a Veolia, además de constantes prórrogas de contratos por falta de recursos.
Licitaciones fallidas: contratos con empresas como Veolia, Covelia y Pronto Aseo fueron sistemáticamente incumplidos. No se proporcionó la cantidad obligatoria de camiones compactadores ni se cumplieron aspectos básicos del contrato. Las licitaciones actuales son deficientes: no especifican dónde se dispondrán las 2,500 toneladas diarias de basura ni cómo se manejarán los lixiviados o gases tóxicos.
El desastre de Cerro Patacón: bajo administración de la AAUD, el relleno sanitario se convirtió en un foco de contaminación ambiental. Urbalia, contratada por la AAUD, acumuló más de 110 sanciones y un millón de dólares en multas por malos manejos. Los lixiviados contaminan ríos que llegan hasta el Canal de Panamá, afectando más de 9,000 hectáreas. Los incendios recurrentes liberan dioxinas y compuestos cancerígenos.
Hace poco, la AAUD presentó un pliego para la construcción de una nueva tina de vertido que recibiría los residuos de la Ciudad de Panamá —unas 2,500 toneladas diarias durante 3 años—, pero en el pliego no se establece el sistema para el manejo de lixiviados ni de gases. Es decir, se depositará la basura en esa tina (un hueco), y no se sabe qué ocurrirá con los desechos líquidos ni con los gases que se generen.
Asimismo, la AAUD presentó un pliego para contratar el servicio de recolección, barrido, limpieza y transporte de residuos urbanos, comerciales y domiciliarios en el distrito de Panamá, por 7 años y con un precio de referencia superior a 140 millones de dólares. El distrito se dividirá en cuatro zonas: una será atendida por la AAUD, a pesar de su incapacidad demostrada, y las otras tres se licitarán para empresas diferentes, lo que producirá graves problemas de coordinación. Este formato ya se utilizó en la última licitación anterior y fracasó.
El pliego actual presenta vacíos e incoherencias. En la homologación, 68 empresas señalaron deficiencias y solicitaron revisión y posposición de la licitación, pero la AAUD no ha tomado una decisión.
La verdadera solución al problema de los residuos en el distrito de Panamá requiere infraestructura moderna, eficiente y autosostenible. La AAUD no está en condiciones de implementarla, ni siquiera cumple sus competencias establecidas en la Ley 51. Mucho menos puede gestionar de manera integral los desechos en el distrito o en el país.
La premisa debe ser clara: “Los residuos o desechos sólidos, urbanos, comerciales y domiciliarios son recursos aprovechables que generan beneficios para la sociedad”.
En lo que va de este gobierno se han hecho cuatro o cinco intentos de licitación —incluyendo el de la nueva tina de vertido y el de recolección—, todos fracasados. Este último es irracional, considerando que la ciudad no cuenta con un sitio adecuado para disponer los desechos. ¿De qué sirve recoger 2,500 toneladas diarias si se depositan en un sitio sin sistema de captación ni tratamiento de lixiviados o gases? Lo más preocupante es que el ministro de Ambiente apoya a la AAUD en esta atrocidad ambiental, ya que forma parte de su junta directiva.
El gobierno del presidente Mulino ha declarado su interés en enfrentar este problema, pero debe hacerlo a través de empresas especializadas, capaces de diseñar soluciones reales, modernas y oportunas, que no representen endeudamiento para el Estado.
Hoja de ruta propuesta
Construcción de una nueva tina de vertido, prevista para 3 años, con sistemas de captación y tratamiento de lixiviados, así como de biogás para su aprovechamiento.
Contratación integral de servicios de recolección, transporte, aprovechamiento y disposición final de los desechos.
Construcción de un nuevo relleno sanitario con planta de aprovechamiento de residuos urbanos, comerciales y domiciliarios.
La nueva tina daría tiempo para construir el relleno sanitario con su planta de aprovechamiento. Este nuevo relleno debe ocupar un terreno máximo de 8 hectáreas y la planta debe procesar o aprovechar al menos el 70% de los residuos. Existe un terreno adecuado dentro del perímetro de Cerro Patacón.
El autor es ambientalista.

