Desde pequeños, cuando empezamos a vivir, se nos enseñan habilidades que nos van a servir para enfrentarnos al mundo, un lugar lleno de obstáculos y retos que fluye de manera acelerada. Cuando empezamos nuestro proceso de aprendizaje académico, iniciamos reconociendo letras que, unidas, forman la maravilla de la comunicación.
Enseñar a leer a un niño es un proceso que precisa mucha dedicación. La pronunciación de los fonemas y la unión de morfemas y palabras, son claves en el proceso de la lectura. Ante una destreza esencial en la vida, debemos preguntarnos si en verdad entendemos todo lo que leemos. Si la respuesta es “no”, probablemente se trata de lectura mecánica y no comprensiva.
La comprensión lectora o lectura comprensiva es la forma en la que entendemos lo que estamos leyendo. Es un pilar que nos ayuda a construir conocimientos e innovar y, con ello, a fortalecer nuestra competitividad como capital humano.
En 2020, el Instituto de Estadísticas de la UNESCO hace público un preocupante informe que enfatiza que más de la mitad de los jóvenes en América Latina y el Caribe no alcanzan los niveles de capacidad lectora necesarios al momento de completar su educación secundaria. Aunque se trata de un reto regional, lo cierto es que Panamá no escapa a esta realidad. Según el Estudio Regional Comparativo y Explicativo (ERCE 2019), los estudiantes panameños de tercer grado obtuvieron 659 puntos, por debajo de la media regional latinoamericana (697 puntos). Son resultados sumamente preocupantes, tomando en cuenta que son justamente estos niños quienes en un futuro tendrán el control de un país entero.
Según la educadora panameña María de Carrasco, Panamá no tiene una mala educación. No obstante, está consciente que aún nos falta mucho por mejorar. “Ahora, hemos empezado a culpar a la pandemia por nuestro bajo índice competitivo en cuanto a educación. Sin embargo, como docentes, la palabra reinventarse tomó un significado. Tuvimos que adaptarnos a cambios drásticos y a buscar maneras de enseñar que permitieran a los niños lograr lo mismo que debían alcanzar en un aula de clases”. Opina que, para enfrentar este reto, se debe iniciar enfocándose en la raíz, esto es, en los niveles de primaria. Atendiendo a niños que están empezando su formación, es más factible perfeccionar su comprensión lectora. El objetivo es que sean personas que no solo lean, sino que desarrollen una conexión mucho más cercana a los textos.
Desde mi experiencia, Panamá necesita mejorar diversas aspectos de la educación. En las pruebas PISA, sólo el 35% de los alumnos panameños comprenden lo que leen.
Como estudiante y agente de cambio juvenil comprometido con la educación del país, junto a otros chicos, impulsamos el proyecto “ComPa’ lee” (Comprende, Panamá, lee) creado en el Laboratorio Latinoamericano de Acción Ciudadana (LLAC) para fortalecer la comprensión lectora en niños de tercer grado del sector público, mediante una guía de nuestra autoría, enfocada en cinco niveles.
El futuro de Panamá está en nuestras manos. Hay que comprometerse a mejorar para acceder, como nación, a estadios de competitividad. La educación es un derecho para todos. Seamos proactivos y fomentemos el hábito de la lectura comprensiva. Empecemos siendo críticos de nuestro propio aprendizaje. Hagámonos la pregunta de si en realidad entendemos lo que leemos. Si no lo hacemos, repitamos la lectura, analice e identifique las palabras claves en el texto. . Sé consciente de que las buenas decisiones van de la mano de lo que comprendes y nadie más que tú puede trascender los niveles de incidencia que tu conocimiento puede ofrecer a nuestro país.
El autor es miembro deJóvenes Unidos por la Educación y participate de LLAC 2022.

