Siendo las 6:30 de la mañana del sábado 11 de octubre de 2025, me dirigí a recibir atención médica en la Policlínica Santiago Barraza de La Chorrera. Al llegar, me encontré con el estacionamiento cerrado. Busqué ingresar a otro estacionamiento del sector, pero no había ninguno disponible. Tampoco había ciudadanos ni dependientes de los mismos. Por respeto, no ingresé a ningún espacio privado, porque eso violaría la privacidad de un lugar ajeno.
Fui atendido en el cuarto de urgencias sin ningún problema por el doctor de turno. Me recetaron varios medicamentos, de los cuales solo encontré tres, porque dos no estaban disponibles.
Al salir, a las 2:30 de la tarde, me encontré con la triste sorpresa de que mi carro tenía una boleta de B/.30.
Esto es algo inconcebible. Es la realidad que se vive en la República de Panamá, específicamente en el sector de Panamá Oeste. No tenemos calidad de vida, ni en la mañana ni en la tarde. Tenemos que madrugar para ir a la capital y trasnocharnos para poder trabajar y aportar al país. Y para colmo, cuando uno busca atención médica en la Policlínica Santiago Barraza, le ponen una boleta porque el estacionamiento está cerrado.
Ya es hora de que Panamá cambie y busque soluciones reales a los problemas del ciudadano, no falsas promesas que se repiten a diario. ¿Cómo es posible que un estacionamiento con capacidad para cien autos esté cerrado un sábado? No pueden justificarlo con falta de personal de seguridad, porque hay tres guardias en el cuarto de urgencias. Bastaría con que uno controlara la entrada y salida de vehículos.
Es muy vergonzoso lo que estamos viviendo en Panamá. Lo mismo ocurre en el Oncológico, y lo digo por experiencia propia.
Entonces, la pregunta que me hago es: ¿dónde están las autoridades de la ATTT? No existe un control ni una gestión correcta de las sanciones ni de las acciones para aplicarlas. Vivimos en un país donde sancionan al que quieren. Un jefe puede ordenar: “Ve y ponle boleta a todos los carros que están ahí porque están mal estacionados”. Pero si no hay dónde estacionar, ¿dónde quieren que uno se detenga, si va a llevar a un enfermo o a recibir atención médica?
Son situaciones que el país debe revisar con urgencia. Cosas como esa necesitan reformas o modificaciones en el sistema de boletas. En una instalación de la Caja de Seguro Social o en un hospital oncológico no se puede sancionar a las personas: eso es algo ilógico.
El ciudadano debe entender, y las autoridades también, que quien está en esos lugares es porque está enfermo, no porque desea incomodar.
Ya pasó el tiempo de los abusos. Es hora de que los padres de la patria trabajen en una reforma a la ley de infracciones de tránsito en los alrededores de los centros hospitalarios de la República de Panamá. No hay dónde estacionar los automóviles, porque los estacionamientos se mantienen con candado.
El autor es docente.
