En esta fecha tengo el placer de escribirles sobre otro panameño, un colonense, que tuvo una actuación muy destacada en la Liga Nacional de las Grandes Ligas. Se trata de Manuel de Jesús Sanguillén Magan, mejor conocido como Manny Sanguillén, quien nació en la ciudad atlántica el 21 de marzo de 1944 (hace 81 años). Manny creció en un barrio violento en Colón y nunca jugó béisbol hasta la edad de 19 años, cuando, siguiendo las recomendaciones de un pastor evangélico, se unió al equipo de la iglesia.
Nuestro héroe de hoy, al poco tiempo, se trasladó a la ciudad de Panamá, donde jugó en las ligas del estadio J. D. Arosemena. Su desempeño fue excelente, lo cual fue notado por el reconocido buscador de talentos Herbert Raybourn (Q. E. P. D.), quien lo firmó para jugar profesionalmente. En 1966, Sanguillén se fue a los Estados Unidos a jugar en ligas menores, donde se hizo conocer por su tendencia a batear lanzamientos malos (fuera de la zona de “strike”), algo que se mantuvo igual durante toda su carrera profesional.Después de jugar tres años en ligas menores, en 1967 Sanguillén subió al equipo grande de los Piratas de Pittsburgh, donde jugó 30 juegos. En 1968 fue enviado a las menores para volver a subir en 1969, donde reemplazó al receptor principal Jerry May y logró batear para .303. Manny, a pesar de ser un hombre corpulento, no era un bateador de fuerza, pero sí un bateador de promedio. Su habilidad para conectar imparables le permitió lograr un envidiable promedio de .325 en 1970, terminando tercero por el campeonato de bateo, detrás de Rico Carty y Joe Torre. Este panameño, para orgullo de todos nosotros, fue un valioso miembro del equipo campeón de la Serie Mundial de 1971, cuando tuvo uno de sus mejores años, con un promedio de .319, con 7 cuadrangulares y 81 carreras impulsadas. Defensivamente, también se lució, terminando tercero en la Liga Nacional, con 135 juegos, 37 corredores capturados tratando de robar la segunda base.En 1973, después de la trágica muerte de Roberto Clemente, en el conocido accidente aéreo, tratando de llevar ayuda a las víctimas del terremoto que azotó a Nicaragua, la dirección de los Piratas de Pittsburgh trató de convertir a Manny en jardinero, para reemplazar a Clemente en el jardín derecho. Este experimento no funcionó y Sanguillén fue traído de vuelta a la receptoría del equipo. Manny tuvo otro sólido año en 1975, cuando bateó para .328, tercero en la Liga Nacional, detrás de Bill Madlock y Ted Simmons.
En 1977, Manny fue sorpresivamente canjeado a los Atléticos de Oakland a cambio del director de ese equipo, Chuck Tanner, pero después de un año, Manny fue canjeado de vuelta a los Piratas, esta vez por Miguel Biloné y Elías Sosa.
Este colonense fue amigo íntimo de Roberto Clemente, amistad que se inició en las Ligas Menores. En 1972, nuestro compatriota jugó pelota de invierno en Puerto Rico y había acordado con Clemente acompañarlo en el trágico vuelo a Managua. Gracias a circunstancias difíciles de entender, Manny extravió las llaves de su auto y no pudo llegar al aeropuerto para el fatídico vuelo. Cuando supo del accidente y de la muerte de su amigo, quedó devastado emocionalmente. Se ofreció para tratar de encontrar los cuerpos de las víctimas del accidente, nadando por varios días en las aguas infestadas de tiburones en el lugar del accidente. El esfuerzo del colonense fue monumental y riesgoso, sin resultado alguno. Gran esfuerzo por su amigo de muchos años.
Finalmente, la carrera de este singular atleta panameño terminó después de trece años, con un formidable promedio de bateo de .296, 65 cuadrangulares y 585 carreras impulsadas, todo esto en 1,448 juegos, donde conectó 1,500 imparables en 5,062 turnos.Actualmente, Manny Sanguillén reside en Pittsburgh, donde opera un local de ventas de comestibles en el área del estadio de los Piratas, bajo el nombre de “Manny’s BBQ”. Manny sigue siendo el ídolo de los seguidores de los Piratas en Pittsburgh. Ha sido inducido en el Museo Latino, Salón de la Fama y en el Salón de la Fama de los Piratas de Pittsburgh. ¡Que Dios lo bendiga!

