Hoy, con entusiasmo y orgullo latinoamericano, escribiremos sobre la vida y milagros de un pelotero venezolano, José Miguel Cabrera Torres, conocido en el mundo deportivo como Miguel Cabrera, quien por su coraje, dedicación, habilidades y tenacidad logra escalar el complicado mundo del béisbol, hasta llegar a uno de los puestos más altos que un latino pueda alcanzar.
Miguel, quien con el afecto demostrado de y hacia sus compañeros, logró varios apodos, entre los que se cuentan Miggy, El Tigre Mayor, El Tigre de Maracay y otros más. Este gigante de la pelota, con 6’4” y 267 libras, nació en Maracay, Aragua, Venezuela, el 18 de abril de 1983, hijo de Miguel Cabrera Sr. y Gregoria Torres de Cabrera, un mecánico automotriz y una emprendedora comerciante, vendedora de artesanías.
Se comenta que Miguel empezó a tomar las lecciones iniciales del deporte a los tres años, asistiendo a una escuelita de béisbol organizada y dirigida por su abuelo materno José Torres. Luego de participar en varias competencias bolivarianas, donde alternó con varias futuras estrellas del béisbol nacional venezolano, Miguel era observado y no paraba de impresionar a varios cazadores de talentos de equipos de Grandes Ligas, entre los que se encontraba nuestro compatriota Ramón Webster, quien laboraba con los Marlins de Florida.
Miguel, quien le debe a sus padres su sólida formación basada en principios, se caracterizaba por sus grandes dotes de beisbolista y sus excelentes hábitos personales.
Los padres de Miguel, luego de una extensa negociación con varios equipos, lograron firmar con los Marlins de Florida (ahora de Miami) para recibir un jugoso bono por firmar de $1,800,000.00.
Después de tres años jugando en Ligas Menores, con equipos de la organización de los Marlins, Cabrera debutó con el equipo grande en junio de 2003 y se inauguró conectando un cuadrangular en su primer juego. Sus grandes hazañas impulsaron a su equipo a derrotar a los Yankees de New York en la Serie Mundial. Miguel jugó 20 años en las mayores (2003 – 2023) y durante su larga carrera logró conectar 511 cuadrangulares, impulsar 1,881 carreras y batear para .306.
Aunque sus números totales ya eran impresionantes, “Miggy” logró en el 2012 algo que muy pocos han alcanzado. La Triple Corona de Bateo de la Liga Americana. Ese año bateó para promedio de .330, con 44 cuadrangulares y 139 carreras impulsadas. Esta hazaña solo la han logrado seis jugadores en la Liga Nacional y 10 en la Liga Americana. El último en hacerlo en la Liga Americana fue Carl Yastrzemski de los Medias Rojas de Boston en 1967, cuando bateó para .326, con 44 cuadrangulares y 121 carreras impulsadas. Un último comentario sobre ganadores de Triple Corona es que el único jugador en la historia de las mayores en ganarla dos veces fue Ted Williams de los Medias Rojas de Boston, en 1942 y en 1947.
Miguel, el “Tigre Mayor” en mi opinión, con sus números totales de bateo y con el hecho de haber ganado la Triple Corona, califica para ser admitido en el Salón de la Fama. Como dice un conocido comentarista de radio: “hay que esperar a ver”.
Cabrera, en su carrera solo jugó para dos equipos: los Marlins de la Florida y los Tigres de Detroit. Con los Marlins jugó los primeros cinco años de su ilustre carrera, pero al final de la quinta temporada fue canjeado a los Tigres de Detroit, donde jugó sus últimas quince temporadas. Con los Marlins, nuestro héroe de hoy bateó 30 o más cuadrangulares en tres de las cinco temporadas que jugó con ellos, mientras que con los Tigres de Detroit pudo batear 30 o más cuadrangulares en 7 de las 15 temporadas. Lo anterior nos retrata de cuerpo entero la calidad de pelotero y bateador que Miguel fue. Se comenta que su fortuna personal asciende a $100,000,000.00.
En cuanto a su juego defensivo, Cabrera tuvo sus mejores años con los Marlins, donde cubría la tercera base. Era ágil, rápido y con un brazo excepcional. Posteriormente, fue utilizado como bateador designado y primera base, donde su experiencia fue primordial en su buen desempeño.
Venezuela siempre ha sido una gran cantera productora de excelentes peloteros. Ojalá puedan producir otro Miguel Cabrera.

