Náufragos del tiempo obtuvo el primer lugar en el Concurso Municipal de Novela Carlos Francisco Changmarín, convocado y auspiciado por la Alcaldía de Panamá en 2023.
Se trata de una obra que recrea las vivencias de Victoriano Lorenzo en una época clave: los albores de la República. En ese sentido, puede considerarse parte del legado literario que, sobre este personaje, construyeron el maestro Carlos Francisco Changmarín con su novela El guerrillero transparente y Ramón H. Jurado con Desertores.
Sin embargo —como bien apuntaron los distinguidos miembros del jurado en su fallo— la característica más significativa y distintiva de Náufragos del tiempo radica en su estilo narrativo. La novela evita redundar en lo histórico o lo político, y no se agota en los hechos que conforman el contexto de esta historia. Por el contrario, centra su atención en revelar el lado humano del protagonista en el instante más dramático y crucial de su vida. Victoriano se convierte, así, en narrador autónomo de su historia, a través de la evocación de recuerdos y vivencias personales. De allí que, intencionalmente, toda la novela transcurre en un tiempo literario relativamente corto: apenas tres horas, desde su traslado a las Bóvedas hasta su posterior ejecución en la Plaza de Francia.
Como autor, puedo decir que la génesis de esta novela se remonta a mi infancia, cuando tenía apenas diez años. Fue entonces cuando empecé a conocer —por boca de ancianos y vecinos del pueblo donde crecí— las historias sobre la figura legendaria de Victoriano Lorenzo. A menudo, en sus tertulias, evocaban con orgullo su valentía y coraje, recordando que vivió en estas tierras luchando por los ideales y derechos de su gente, allá por 1900, en los albores de la República de Panamá.
En aquellos años, solía ir con mis amigos a la huerta de Modesto a atrapar chüíos. Una vez instaladas las jaulas de virulí, provistas de trampas “boca de lagarto” en los sitios donde abreva el ganado, nos sentábamos a la sombra de algún frondoso árbol a comer ciruelas traqueadoras, guayabas o caimitos recién cosechados. Al poco tiempo, escuchábamos el accionar de las trampas.
Tratando de revivir esos momentos, recuerdo que nos armábamos hasta los dientes con rifles y pistolas de palo, y desde nuestras memorables trincheras atacábamos por sorpresa a los Conservadores, con la firme intención de tomar posesión de aquel terreno que una vez se llamó el Sitio de Aguadulce. La imaginación nos transportaba, luchando al lado del guerrillero Victoriano Lorenzo, que peleó con valentía en estas tierras.
Ahora, como escritor, y con la serenidad y madurez que otorgan los años, decidí cumplir el compromiso que siempre supe que tenía pendiente con el legendario guerrillero coclesano. Confío en que la publicación de esta novela histórica contribuya a reivindicar el nombre y la memoria de Victoriano Lorenzo, para beneficio de las futuras generaciones de panameños.
A continuación, un breve extracto de Náufragos del tiempo:
“Imperturbable, ya frente al pelotón de fusilamiento, el general Victoriano Lorenzo dejó fluir en su mente aquellos lejanos recuerdos. En especial, rememoró el día en que, siendo aún un niño, condujo con orgullo, por primera vez, la carreta de bueyes de su padre por el Paso Real de Matapalo, sobre el río Chico, en el camino que conduce de Natá a Capellanía. En aquella ocasión, le fue encomendada la importante tarea de ir hasta El Salado de Aguadulce en busca de diez sacos de sal”.
El autor es escritor y pintor.


