Estimo que todos reconocen los monumentos mencionados en el título de este artículo de opinión. La Torre Eiffel, en París (Francia), fue repudiada durante su construcción por considerarse un armatoste metálico horroroso. Hoy en día, sin embargo, atrae una cantidad de turistas digna de admiración. Todas las grandes ciudades quisieran tener un monumento similar. Me parece que Chicago, con Cloud Gate, logró ese cometido.
Esa obra de arte (un frijol metálico enorme con superficie de espejo) da mucho de qué hablar, además de ser interactiva. Me encanta. (En serio, como graduado con título en artes plásticas, considero que es una de las obras más exitosas de todos los tiempos).
¿Por qué hablo de monumentos en las ciudades? Porque Panamá se encuentra en un momento de oportunidad. Me refiero al ferrocarril Panamá–David-Frontera.
Si somos pensantes y queremos desarrollar el país inteligentemente, debemos aprovechar la nueva ruta del tren desde todos los ángulos. Uno interesante es el desarrollo urbano. Sugiero encontrar un tramo entre Panamá y David que esté lo más despoblado posible: un terreno amplio para desarrollar. Piensen en Central Park, Nueva York. No tiene que ser tan grande, pero dejen volar la imaginación.
Diseñen una plaza donde pueda construirse un monumento de gran magnitud y atractivo. No solo para turistas internacionales, sino también para locales, y que el tren sea el principal medio de acceso, al menos inicialmente.
El parque debería contar en un extremo con un mercado tipo Quincy Market de Boston: una gran galera con una variada oferta gastronómica, desde platos locales como clam chowder hasta cocina internacional, como la hindú. En otro extremo, podría haber una vereda de pequeños comercios. En un tercero, un centro de eventos con terrazas y miradores. En el cuarto, un área de diversiones con montaña rusa, carrusel y aparatos mecánicos modernos y tradicionales.
Nada de que estas áreas comerciales sean administradas por el gobierno, a menos que se manejen con la seriedad y estabilidad del Canal de Panamá. Los constantes cambios de administración afectarían el buen funcionamiento del proyecto.
El monumento podría ser algo comparable al Cristo Redentor de Brasil. Entiendo que habrá quienes se opongan a un símbolo religioso, pero sin duda generaría conversación y atención internacional: promoción gratuita.
Pienso que me adelanto a los hechos, pero hay que pensar en grande. Se puede crear una obra moderna (sí, con Cristo) que atraiga al mundo, motive a visitar Panamá, genere un nuevo punto de interés para los ciudadanos y dinamice la economía a largo plazo.
El autor es ciudadano.
