Muchas familias señalan que las prolongadas jornadas de trabajo, permanecer largas horas fuera del hogar, las limitaciones para llegar de un lugar a otro, incluyendo las pocas capacidades en resolver problemas y otras circunstancias especiales complican la falta de respuesta de los padres en supervisar a los hijos.
Entre algunas alternativas que son útiles para toda persona a cargo del cuidado de un niño, se recomienda elaborar un plan familiar organizado, con la participación de los que viven en el hogar; estableciendo medidas de control y seguridad; identificando debilidades y fortalezas; definiendo responsabilidades, según compromisos; desarrollando tareas de acuerdo a sus necesidades; programando actividades en casa que respondan a los intereses en común; dando seguimiento a los acuerdos para evaluar los avances y las dificultades, con el objetivo de realizar adecuaciones en las áreas de mayor deficiencia y la planificación de metas, a corto y mediano plazo.
Mantener una comunicación continua con los hijos es un medio de recopilar información valiosa sobre el entorno escolar, conocer qué situaciones sucedieron durante su ausencia, los sitios que visitan, las personas que frecuentan, sus inquietudes, y los movimientos extraños en la comunidad.
Este tipo de conversaciones mejora la calidad e intensidad de las relaciones entre padres e hijos, facilita la libertad de expresión, el intercambio de experiencias exitosas que promuevan actitudes y conductas saludables, como sentirse protegidos y que se interesen por ellos, pero no para entrar en su privacidad, causar conflictos ni provocando el aislamiento o la pérdida de confianza.
Debe observar la aparición de cambios, mediante indicadores que le den luces de que algo ocurre, así usted podrá actuar de inmediato o con la ayuda de un profesional en caso de que no sepa cómo abordar la situación.
Hay que emprender acciones de prevención que alerten a los hijos de los peligros, dentro y fuera de la vivienda, que afecten su salud física y emocional por parte de los grupos de presión y las influencias negativas de personas que quieran destruir sus proyectos de superación personal.
Para esto existen herramientas que ayudarán a sus hijos a enfrentar situaciones de riesgo, mediante el autocuidado y la capacidad de resolver problemas de la vida diaria, aplicando las destrezas psicosociales, aprendiendo a tomar buenas decisiones mediante el pensamiento crítico, creativo y relaciones interpersonales sanas.
Al tomar decisiones, hay que considerar ciertos criterios de medición que permitan seleccionar la mejor opción, pensando en las creencias, tradiciones, estereotipos, valores, motivaciones, principios y normas vigentes en la sociedad. Con pensamiento crítico se cuestiona e investiga; no se acepta lo primero que se dice, sin antes analizarlo, se hacen valer las opiniones propias, se pregunta y revisan cuidadosamente las evidencias. Las personas con pensamiento creativo tienen iniciativa, generan ideas, aprovechan el tiempo y son capaces de llegar a conclusiones que ayudan a resolver situaciones complejas.
En las relaciones interpersonales se aprende a comenzar, mantener o terminar las relaciones de manera pacífica y sin afectar a otros.
Estas recomendaciones ayudan a la familia a manejar los momentos de crisis, a tomar decisiones sin estar bajo presiones emocionales, fortalece la capacidad de enfrentar las exigencias del éxito y los desafíos, a solucionar problemas, y a construir relaciones estables y sólidas.
