Para el año 2030, se estima que habrá aproximadamente 70 millones de estadounidenses mayores de 65 años, cifra que superará los 100 millones para el 2040. Este crecimiento acelerado crea una demanda sin precedentes por opciones de retiro, servicios especializados y comunidades que ofrezcan calidad de vida.
Estudios recientes indican que entre el 12% y el 30% de los adultos mayores estadounidenses tienen la capacidad económica y el deseo de mudarse fuera de los Estados Unidos, lo que representa entre 9 millones y 21 millones de personas para el 2030. Esta población busca climas cálidos, costos de vida más bajos y comunidades con servicios accesibles.
Panamá, reconocido internacionalmente por sus ventajas, ha sido seleccionado como el mejor país del mundo para retirarse en 2025 por InterNations e International Living, las dos organizaciones más importantes del mundo en esta materia. Este reconocimiento se basa en factores como su cercanía a Estados Unidos, uso del dólar como moneda oficial, estabilidad política, atención médica asequible y beneficios fiscales para jubilados. Sin embargo, a pesar de estar consistentemente entre los primeros lugares en los rankings, Panamá no figura entre los 15 países principales a los que los estadounidenses se mudan, lo que se atribuye a la falta de promoción estratégica.
Actualmente, residen en Panamá alrededor de 50,000 retirados extranjeros, de los cuales 40,000 son estadounidenses y 10,000 son canadienses, con un gasto mensual promedio de $3,000 por persona. Esto genera ingresos frescos estimados en $1,800 millones anuales, beneficiando sectores como bienes raíces, salud, turismo, transporte y comercio.
Con una estrategia bien coordinada entre el gobierno y la empresa privada, esta cifra podría triplicarse en los próximos diez años, alcanzando una base de 150,000 retirados. Esto representaría un impacto económico anual de $5,400 millones, dinamizando la economía y fomentando el turismo internacional, ya que los retirados suelen atraer visitas regulares de familiares y amigos.
Desde el punto de vista de infraestructura, atraer a 100,000 nuevos retirados requeriría la construcción de 66,000 viviendas, con un costo promedio de $250,000 cada una, lo que equivale a una inversión de $16,500 millones, casi tres veces el costo de la ampliación del Canal de Panamá. Además de viviendas, sería necesario desarrollar servicios complementarios como centros médicos, transporte y opciones recreativas.
Un aspecto crucial es que gran parte de esta inversión y del gasto mensual de los retirados beneficiaría directamente a las áreas y comunidades del interior de la República. Estas comunidades, con playas, climas frescos y entornos naturales, son ideales para esta población. La llegada de nuevos residentes extranjeros tendría un impacto transformador, generando empleos y promoviendo el desarrollo local. Asimismo, esto ayudaría a reducir la migración de jóvenes hacia la ciudad capital, ya que el crecimiento económico en el interior ofrecería oportunidades laborales en áreas como construcción, comercio, servicios y turismo.
Cada comunidad que se adapta a las necesidades de los retirados genera empleos directos e indirectos. Se estima que por cada 10 retirados que llegan a un país, se crean entre 5 y 7 empleos en sectores como mantenimiento, salud, gastronomía, turismo y transporte.
Panamá tiene ventajas únicas que lo diferencian de otros destinos, como su proximidad geográfica a Estados Unidos, un clima estable, una economía dolarizada y conectividad aérea excepcional. Además, el programa de visa para pensionados es uno de los más atractivos del mundo, con beneficios como descuentos en servicios públicos, entretenimiento y atención médica.
La oportunidad de consolidarse como el destino predilecto para retirados requiere una acción conjunta y estratégica entre gobierno y sector privado. Es fundamental invertir en campañas internacionales de promoción, fortalecer la infraestructura y establecer alianzas con empresas líderes del sector de retiro. Con un plan claro, Panamá no solo puede atraer a miles de nuevos residentes, sino también multiplicar su impacto económico y fomentar el desarrollo sostenible en todo el territorio nacional.
Este esfuerzo posicionaría a Panamá como el líder global en este mercado, asegurando beneficios duraderos tanto para las áreas urbanas como rurales, y generando prosperidad para las futuras generaciones. TodosSomosUno
El autor es empresario.