Panameños, quiero que reflexionemos en un punto que muchas veces pasamos por alto, pero que impacta directamente la economía, la competitividad y el futuro del país: la calidad en la atención y el servicio que ofrecemos como trabajadores.
Hoy Panamá aparece catalogada como uno de los países con peor trato al turista y peor atención al cliente en la región. Y esto no es un dato menor. Esta percepción afecta la economía de manera inmediata. Cuando un turista recibe un mal servicio, no regresa, no recomienda y no consume. Ese efecto se multiplica en centros comerciales, hoteles, restaurantes, arrendadoras, comercios, transporte, microempresas y en toda la cadena económica.
Pero el impacto va más allá del turismo. Las empresas internacionales que evalúan instalar operaciones en Panamá también observan estos indicadores. Una mala cultura de servicio se interpreta como un riesgo operativo: significa más formación, más fricción y menos eficiencia. Esto puede frenar inversiones, retrasar la llegada de multinacionales o incluso hacer que elijan otros países como su centro regional.
Además, una mala reputación en servicio deteriora nuestra marca país. Afecta cómo se nos percibe comercialmente, limita nuestra capacidad de atraer talento, encarece la operación y reduce la competitividad de nuestros sectores productivos.
Por eso, elevar la calidad de nuestro servicio no es simplemente una acción de amabilidad o cortesía. Es una estrategia económica. Es una decisión empresarial. Es un compromiso con el desarrollo del país.
Cuando cada colaborador atiende bien, responde con actitud, trabaja en equipo y cuida la experiencia del cliente interno y externo, está haciendo mucho más que cumplir una tarea: está fortaleciendo la economía nacional.
En un país donde el desempleo es alto y la informalidad llega a la mitad de la fuerza laboral, tener un empleo no es solo un ingreso: es una oportunidad, es una bendición y es una responsabilidad económica y social. La manera en que ejecutamos ese empleo —con actitud, con servicio y con compromiso— define, en gran parte, el rumbo de Panamá.
El autor es coach comercial y motivador laboral de cambio de actitud.

