Este mes conmemoramos 120 años de vida republicana. Periodo en el cual, hemos desarrollado un modelo que potencializa nuestras ventajas comparativas y facilita a las empresas la generación de sus ventajas competitivas.
Los fundamentos de Panamá: economía dolarizada con libre movilidad de capitales, sistema tributario territorial y explotación de su posición geográfica, han dado como resultado que, en los últimos 42 años el país ha tenido un crecimiento a una tasa promedio anual de 4.5%, siendo una de las mayores economías de la región, permitiendo que el PIB per cápita pasase de $2,146 en 1980 hasta $17,409 en el 2022, de los más altos en América Latina. Esta expansión se dio con una inflación promedio de 2.1%, consecuencia de una economía abierta al comercio internacional.
Igualmente, el centro bancario internacional ha canalizado el ahorro, permitiendo entre otras cosas, la tenencia de propiedad de una gran mayoría de panameños, caso inaudito en la región.
Crecimiento económico, bajos niveles de precios, y canalización de ahorros contribuyen al clima de estabilidad social que ha gozado el país. Esto ha sido valorado por los inversionistas, de manera que la tasa de inversión supere el 30%, comparable con economías del primer mundo, mientras que el mercado siempre ha favorecido los instrumentos panameños, los cuales se han percibido de bajo riesgo, pues incluso antes de que se alcanzara el grado de inversión, éstos se cotizaban con rendimientos similares a los de grado de inversión.
Sin embargo, en las últimas semanas las perturbaciones generadas por las protestas y el llamado de atención realizado por las calificadoras a la sostenibilidad, transparencia, manejo de las finanzas públicas y el riesgo por la no atención al programa de pensiones de la Caja de Seguro Social (CSS), afectaron la cotización de los instrumentos panameños.
De hecho, entre el 27 de octubre y el 17 de noviembre, el diferencial de los bonos panameños vs los del Tesoro norteamericano se incrementó 47 puntos básicos, ubicándose en 284 puntos básicos, más de 100BP’s que el de Perú, Chile y Uruguay, países con grado de inversión. Incluso superando este diferencial a los de Costa Rica y Guatemala, sin grado de inversión.
¿Qué descuenta el mercado? Según analistas, se descuenta la imposibilidad de mejorar los niveles de ingresos necesarios para cubrir el déficit fiscal, es decir no considera los recaudos provenientes del contrato minero, como tampoco con la posibilidad de una drástica contención del gasto y ni un clima que favorezca la llegada a acuerdos sobre el programa de pensiones.
En cuanto a la factibilidad del modelo, el mercado no lo pone en duda. Como todo modelo en fase de instauración se deben hacer ajustes, llegar a consensos en cuanto a la viabilidad de la CSS, retomar la confianza en las cuentas públicas, cumpliendo con la responsabilidad fiscal y adecuar las estructuras económicas y capital humano a los requerimientos de la cuarta revolución industrial.
¿Se superará esta situación? La historia ha demostrado que, parafraseando al presidente Miguel de la Madrid, el potencial de Panamá siempre es mayor a sus dificultades.
El autor es financista.