En política, como en la vida, la renovación no es una opción: es una necesidad. Y en un país tan vibrante y joven como Panamá, quedarse estático es perder relevancia.
Hoy, tras dos elecciones nacionales en las que el Partido Panameñista ha quedado rezagado, surge una pregunta que ya no podemos ignorar: ¿por qué, pese a los llamados ciudadanos, seguimos sin ver una verdadera renovación en su liderazgo?
Los resultados no mienten. El desgaste es visible. Pero más grave que la derrota en las urnas es la desconexión emocional con la nueva generación de panameños: jóvenes que buscan un liderazgo auténtico, valiente y profundamente comprometido con el país que sueñan construir.
No se trata de negar el legado ni de desconocer la historia. Hay mérito en quienes han sostenido los ideales panameñistas en tiempos de turbulencia. Pero honrar ese legado exige algo más difícil: saber cuándo dar paso a nuevas voces, nuevas ideas y nuevas energías.
Mi opinión es que el cambio no vendrá desde las viejas estructuras. El cambio vendrá de ciudadanos que crean en un panameñismo incluyente y del siglo XXI: moderno, con nuevos liderazgos y con un compromiso ético con el país.
Este es un llamado respetuoso, pero urgente, a los líderes panameñistas: el partido no puede permitirse vivir en el eco de glorias pasadas. Panamá cambia, y los partidos que no cambian mueren. Necesitamos un liderazgo que abrace la innovación política, que no tema tender puentes generacionales, que comprenda que en la diversidad de voces está la fuerza para construir mayorías.
Renovar no es destruir. Es sembrar para cosechar. Es confiar en que, si preparamos bien el terreno y damos paso a lo nuevo con sabiduría y generosidad, el Partido Panameñista no solo puede volver a ser relevante: puede ser protagonista en la construcción de un país más justo, más transparente y más esperanzador.
El futuro no espera. Y la pregunta que el panameñismo debe responder es simple: ¿será parte del futuro de Panamá o quedará como una anécdota en los libros de historia?
El momento de renovarse es ahora. Panamá lo necesita, y el partido también.
El autor es miembro del Partido Panameñista y excandidato presidencial por la libre postulación.

