Política panameña e ídolos



Para bien o para mal, un maestro del mercadeo fue Adolf Hitler, quien empezó su carrera política cerca de 1919 en una Alemania rodeada de pobreza a través del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (Nationalsozialistische Deutsche Arbeiterpatei) o Partido NAZI.

Su discurso en grandes plazas llenas de simpatizantes se extendía debido al alcance de la radiodifusión, en aquel momento el aparato propagandístico más potente.

Adolf Hitler pasó de ser canciller a dictador, pero nada de eso fue coincidencia, todo eso sucedió bajo una trama de manipulación del sistema democrático, pero sobre todo del adecuado manejo de la propaganda, de discursos y actuaciones públicas que cautivaron a seguidores e ingenuos.

Todas esas herramientas del mercadeo como lo conocemos hoy día parecen concentrarse en una reciente invención del hombre, el celular, el aparato tecnológico más íntimo que existe, que, con sus innumerables aplicaciones de redes sociales, acercan a los ciudadanos con sus ídolos.

Uno de esos ídolos es el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, quien justo acaba de reelegirse para su segundo mandato presidencial. De su política de mano dura contra el crimen todos hablan en la región, esta ha sido una de sus acciones más famosas e incluso exigidas por los ciudadanos latinoamericanos en cada uno de sus países. Bukele ha sabido potenciar sus resultados en redes sociales, algo que ha hecho desde antes de ser alcalde por primera vez, su familia era la encargada de hacer el mercadeo del partido salvadoreño Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, hoy día enemigos de Bukele.

Su fama trascendió el 26 de septiembre de 2019, cuando en medio la Asamblea de las Naciones Unidos sacó su celular del bolsillo y se tomó una selfie indicando inmediatamente que: “el mundo ya no está en esta Asamblea General, sino en el lugar a donde irá esta foto, donde millones de personas están prácticamente conectadas todo el tiempo”, se afirmaba el poder de las redes sociales en política.

Así mismo en Panamá, un grupo de jóvenes que han participado en política y que han logrado tener éxito para ocupar un cargo público, aprovecharon al máximo y de manera positiva como medio de comunicación las aplicaciones de redes sociales, logrando penetrar en los hogares de los panameños que agotados, agobiados y abandonados por los partidos tradicionales, enviaron un mensaje alto y claro de que es momento de un cambio en la política panameña.

Ya no fueron únicamente los comerciales televisivos o en radios, camisetas o gorras las únicas herramientas políticas utilizadas para crear empatía. Crear fe y conexión con el electorado, estuvo al alcance de un click, enviar el mensaje o el video correcto en el momento correcto fue la tarea.

Una vez más, la adecuada utilización de las herramientas del mercadeo logra que el mensaje se incrusta de manera positiva en la mente de los ciudadanos. Pero los panameños no deseamos que sean ídolos de las redes sociales, creo que nos decepcionarían a todos los que les dimos nuestro voto de confianza si solo se quedan ahí en redes sociales.

Ya ese romance del mercadeo ha pasado, ahora tienen nuestra atención y estamos de pie escuchándolos y observándolos cual fiel seguidor de sus ídolos que con un ‘me gusta’ damos nuestra aprobación o transmitimos nuestro descontento a través de un comentario.

Así de cerca los seguimos y deseamos resultados palpables porque este pueblo ya no aguanta mucho más la deplorable situación del Estado Panameño. La economía, el desempleo, los sistemas de salud pública, el transporte, todo un caos.

El mismo sistema que les permitió llegar a ocupar esos cargos políticos, puede ser el mismo sistema que termine juzgándolos si no llegan a hacer lo que deben hacer, atender el país y lograr cambios reales.

Vamos por un cambio de política, su público los observa en búsqueda de resultados positivos para el país.

El autor es presidente de la Asociación de Comerciantes Unidos Merca Panamá.


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